Las fuerzas de choque de la Guardia Civil

El equipo tiene su base de operaciones en la Comandancia palmesana, en la calle Manuel Azaña, y cuentan con 45 efectivos. Lo dirige un teniente comisionado, pero en breve una oficial se hará cargo de la unidad. El segundo es un experimentado brigada, veterano de misiones internacionales como las de Afganistán. La USECIC es lo que en los años 90 se conocía como el Núcleo de Reserva. En la actualidad ha ido evolucionando y el nivel de profesionalidad de sus integrantes es altísimo. Todo, en ellos, es específico. Hasta el uniforme. Llevan chalecos antibalas y porta medios (pouches), con linterna, guantes anticorte, torniquetes, botiquín y grilletes, estos últimos de acero y también bridas para las detenciones masivas. En cualquier caso, la configuración de cada chaleco táctico es muy personal. La pistola es una Beretta 92 F, con un cargador de 15 balas. Cada agente lleva, como mínimo, otros dos cargadores. El fusil de asalto es un HK G36, de contrastada fiabilidad y también cuentan con subfusiles MP5, más pequeños y manejables, para entornos «ratoneros».

Protección

El uniforme de campaña también es específico de la unidad. Pueden llevar rodilleras, espinilleras y coderas, así como cascos balísticos y botas de combate, con membrana Goretex impermeable y suela Vibram para no deslizarse en superficies mojadas. El ariete de la marca Black Hawk pesa 14,5 kilos y lo porta el encargado de derribar las puertas de las casas a asaltar. El compañero que le precede lleva un escudo balístico, para cubrir a los binomios que vienen detrás.

Hace unos días, al alba, un equipo de la USECIC fue transportado por el Servicio Marítimo de la Guardia Civil hasta un lujoso catamarán fondeado en aguas de Calvià, que previamente había sido robado en Italia, tal y como adelantó en primicia Ultima Hora. Los efectivos no sabían qué se encontrarían en el interior y actuaron como siempre hacen: con celeridad y sin margen para el error. En segundos subieron a la cubierta, forzaron la entrada y redujeron al tripulante, que no tuvo tiempo ni de reaccionar. Una operación relámpago. Y limpia. Sello de la USECIC.

El equipo está las 24 horas de guardia y cuentan con 11 vehículos propios: la mayoría de ellos todoterrenos Nissan Pathfinder y también furgonetas para transportar el material. «Nuestras intervenciones son de lo más diverso: desde control de masas, progresión en inmuebles (es decir, asaltos a casas ocupadas) o puntos de verificación (controles)», explica uno de los veteranos. Nunca van en pareja, como haría una patrulla benemérita, sino que se agrupan en seis u ocho efectivos por comando. La figura del binomio es clave: cada agente tiene un compañero asignado y ambos trabajan en equipo, velando el uno por el otro. Otras unidades estrella de la Guardia Civil, como la Policía Judicial, suelen requerir el apoyo de sus compañeros de choque para operaciones antidroga. «Nuestro cometido entonces es asaltar los pisos o fincas, reducir a los sospechosos y despejar la escena, para que luego investiguen nuestros equipos de la Judicial», explica la misma fuente.

Antiterrorismo

La USECIC recibe una exhaustiva formación para neutralizar ataques terroristas. No es una unidad creada específicamente para este fin, como podría ser el GAR (Grupo Antiterrorista Rural) o la UEI (Unidad Especial de Intervención), pero como estos dos últimos equipos no tienen presencia fija en Mallorca son ellos los que entrarían en acción ante una amenaza terrorista. Para entrenar, disponen de unas construcciones donde pueden derribar puertas, dar coberturas con escudos balísticos y que la escuadra se despliegue, por ejemplo, en columna. A lo largo de este año han llevado a cabo más de un centenar de actuaciones, casi siempre con gran efectividad. Casi quirúrgica.