Había llegado a la Isla días antes de empezar a delinquir, pero conocía Palma. Aquí había trabajado años atrás para una empresa de instalación de gas, pero desde 2017 se encontraba en paro. No obstante tenía un plan para ganarse la vida: desvalijar a ancianas en Palma haciéndose pasar por revisor del gas, sin estar facultado para ello. Actuó entre mediados de octubre y noviembre del año pasado en seis domicilios.
Este viernes, en un juzgado de lo Penal, admitió haber engañado a mujeres de entre 83 y 93 años, a las que cobró por revisiones de gas fraudulentas en sus viviendas. Asimismo en sus visitas aprovechaba para apoderarse de dinero en metálico y joyas. Fue condenado a dos años, seis meses y un día de prisión por la juez.
Detención
El varón, de 40 años de edad y nacionalidad española, fue arrestado a finales de noviembre del pasado año. La Policía Nacional informó de su detención. Tenía un modus operandi peculiar. Cogía el listín telefónico y llamaba a viviendas al azar de la capital balear. Cuando al otro lado del teléfono respondía una mujer de avanzada edad se presentaba como falso revisor del gas y concertaban una cita. Al acudir a la vivienda mostraba un carnet fraudulento. Cuando realizaba las ‘revisiones' cobraba a las víctimas. Y no sólo eso. Lograba despistar a las ancianas y se hacía con todo lo de valor que encontraba. Sustrajo unos 3.000 euros en efectivo y, lo más importante, unos 30.000 euros en joyas. La Policía explicó días después de su arresto que lo buscaban por hechos similares en Galicia, Asturias y Cantabria.
Este viernes, trasladado desde la prisión de Palma, desde donde se encontraba desde que fue detenido, admitió los hechos. Además de la pena de dos años, seis meses y un día de cárcel tendrá que abonar casi 7.500 euros en concepto de responsabilidad civil. Ayer por la tarde quedó en libertad. Su regreso a prisión lo decidirá otro juzgado. Mientras espera no podrá salir de España.
3 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
No le ven más el pelo!!!
Menudo sinvergüenza, que vuelva a entrar que no ha cumplido ni la mitad