Momento de la detención de uno de los implicados en la banda de ladrones desarticulada. | Policía Nacional

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La Policía Nacional ha desarticulado una banda criminal formada por diez personas que se dedicadan al robo con fuerza en domicilios de Palma y de pueblos de Mallorca. Ha intervenido joyas, relojes, teléfonos móviles, tablets, otros efectos y más de 20.000 euros.

En concreto, los agentes han detenido a seis hombres de origen marroquí y una mujer española como presuntos autores de integración a un grupo criminal y de robos con fuerza. También se han detenido a tres hombres españoles por presuntamente cometer un delito de receptación, ha explicado en una nota la jefatura del cuerpo de seguridad en Baleares.

Desde finales de 2020 hasta este mes, siete personas de la banda perpetraban robos con fuerza en domicilios de Palma, Algaida, Porreres, Marratxí, Ariany, Sant Llorenç des Cardassar y Manacor y otras localidades, desde finales del año 2020 hasta la actualidad.

Según la Policía Nacional, los ladrones accedían a plantas bajas y casas de campo de estas localidades, fracturaban las puertas o ventanas y sustraían mayoritariamente joyas y efectos de valor, sobre todo por las mañanas, aprovechando que los moradores no estaban en sus viviendas.

El grupo criminal organizaba sus funciones con el fin de perpetrar los robos con éxito. Los domicilios no se elegían al azar, ya que se intentaba que estuvieran alejados de las zonas más concurridas para realizar el robo con discrección.

Algunos de los integrantes aportaban el medio de transporte para acudir a las viviendas, otros realizaban labores de vigilancia en el momento de perpetrar los robos y otros accedían al interior, encargándose posteriormente de dar salida a los objetos sustraídos en el mercado negro o a través de peristas.

A raíz de la investigación policial, los agentes llevaron a cabo el miércoles cinco entradas y registros domiciliarios en Manacor e inspecciones en locales de Palma.

Se procedió entonces a la detención de diez personas, siete de ellas por pertenecer presuntamente a un grupo criminal y otras tres como responsable de un delito de receptación.

La investigación, que está declarada secreta, continúa abierta y no se descartan más detenciones.