Esa misma noche se inició la búsqueda en la zona de El Pico del río Guadiana, tras encontrarse en la zona su teléfono móvil. La investigación, declarada secreta, indaga si la desaparición del joven se debió a circunstancias violentas o a un accidente. El teléfono móvil lo halló un militar que paseaba por la citada zona de Badajoz.
Durante tres días se peinó, con medios terrestres, acuáticos e incluso aéreos todo el tramo urbano del río. Luego se trasladó la búsqueda a otras zonas de la ciudad, como las inmediaciones de la residencia universitaria, La Luneta, el Fuerte de San Cristóbal o Suerte de Saavedra. Pablo mide 1,75 centímetros de estatura, es de complexión atlética, tiene el pelo moreno con flequillo rizado y ojos marrones. En el momento de su desaparición vestía camisa azul, pantalón vaquero, chaqueta azul y zapatillas blancas.
Tropiezo a la salida del bar
Joaquín Amills, el portavoz de la familia del joven de 21 años, ha relatado en declaraciones a Antena 3, recogidas por Europa Press, que tropezó con otro chico y a este se le cayó el móvil. «Inmediatamente, Pablo dijo que no se preocupara, que perdonara, que se hacía cargo de la reparación, de cambiar la pantalla o de un dispositivo nuevo», ha explicado Amills, que ha asegurado que entre ambos hubo un trato «coloquial». Fue entonces cuando se intercambiaron los número de teléfono y, según ha contado Amills, Pablo se fue con un amigo suyo que la acompañó un tramo del camino hasta que se despidieron y Pablo dijo que iba a coger un taxi.
Es ahí donde se le pierde la pista, ha trasladado el portavoz de la familia, que ha destacado que el móvil ha sido hallado en el camino opuesto hacia la residencia de Pablo. Por su parte, el encargado del bar Botanic, el establecimiento en el que estuvo Pablo Sierra con sus amigos, ha asegurado que estuvo un par de horas hasta las 23.45 horas aproximadamente y que vio cómo Pablo se fue «calle abajo». «Tuvo un pequeño problema con un chico en la puerta», ha deslizado coincidiendo con el relato de Amills y también ha señalado que se resolvió «amistosamente» y se dieron los teléfonos. «Sus amigos se quedaron dentro», ha afirmado el responsable del establecimiento, a la par que ha detallado que «tuvo un resbalón» en mitad de la calle, que se levantó y siguió con su camino.
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