«He ido a buscar abogados de forma particular que me han pedido una cantidad desorbitante, imposible de conseguir para mi capacidad económica. Un abogado de oficio me pidió que le depositara 30.000 euros en tres días y como no los conseguí renunció», ha añadido ante el tribunal, que ha decidido señalar el juicio para los próximos días 4 y 5 de julio. Los jueces le han dado un plazo de dos días para que decida a quién designar para que le defienda. En principio ya ha contactado con una letrada que está dispuesta a asumir su caso. «No vamos a consentir una suspensión in extremis el día del juicio como ha sucedido hoy», le ha advertido el presidente del tribunal, Jaime Tártalo.
La Fiscalía reclama una condena de 36 años de cárcel para el hombre por dos delitos de agresión sexual y que indemnice a las víctimas con 30.000 euros a cada una por los daños morales ocasionados. Los hechos que se juzgarán tuvieron lugar entre los meses de marzo de 2016 y julio de 2017, según la versión del Ministerio Público. El acusado, de 45 años y origen sudamericano, en fecha no determinada, entró en el dormitorio de su hija mayor, de 15 años, y la violó.
A continuación, le amenazó diciéndole que si contaba algo la separaría de su hermana y ambas irían a centros de acogida. El procesado agredía a su hija prácticamente a diario y en algunas ocasiones más de una vez por día. También aprovechaba para manosearle los pechos cuando ella se limpiaba los dientes en el cuarto de baño o cuando se quedaba dormida.
El encausado, según el escrito del fiscal, durante el mismo periodo de tiempo y también a diario, entraba en la habitación de su hija menor, de 14 años, para introducirse en su cama y agredirla sexualmente tras inmovilizarla. La víctima llegó a colocar obstáculos para evitar la entrada de su padre por las noches, pero no lograba impedir que el hombre los apartara y entrara.