Este pasado lunes la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virgina Barcones, destacó al teniente coronel en el acto de bienvenida en la Comandancia de Burgos a los 68 guardia civiles en prácticas, afirmando que «este guardia civil ejemplar cumplía con su deber, defendía la vida de otras personas y para ello, ponía en riesgo la suya. Como había hecho siempre a lo largo de su brillante carrera como Guardia Civil». Asimimo, la delegada del Gobierno aseveró que por expreso deseo de la familia no se facilitaría el parte sobre su estado. Finalmente se ha desencadenado este triste desenlace.
El presunto autor de la muerte de un vecino de Santovenia y del teniente coronel de la Guardia Civil Pedro Alonso Casado usó como arma un fusil Mauser de alto calibre, antiguo, de cerrojo. Una vez que las diligencias obran en el juzgado, la Guardia Civil ha podido explicar con más detalle lo sucedido ya desde el jueves 30 de junio a última hora y hasta pasadas las dos de la tarde del viernes 1 de julio en el tranquilo municipio de Santovenia de Pisuerga, una localidad dormitorio de unos 5.000 vecinos, en el alfoz de Valladolid.
En torno las 23:30 horas del jueves una llamada a los servicios de emergencias alertó de una reyerta con unas doce personas implicadas y armadas con palos; otro alertante añadió que seis o siete personas estaban pegando a otra, armadas con palos y cascos. Cuando los agentes llegaron fueron informados de que un hombre y una mujer tuvieron que ser atendidos tras la reyerta en un centro sanitario de lesiones leves. Un dispositivo de la Guardia Civil se mantuvo en el lugar y poco antes de las dos menos cuarto de la madrugada del viernes, cuando estaban indagando sobre lo sucedido, escucharon una detonación en el interior del portal número 8 de la calle Alfredo Martín, en torno a la cual se había producido la reyerta anterior.
Ese fue el disparo que acabó con la vida de D.A.P., de 45 años, que fue localizado de inmediato por los agentes, que lo encontraron aún con vida en el rellano de la planta baja y que le practicaron una reanimación cardiopulmonar aunque falleció poco después, ya con los servicios sanitarios presentes. De acuerdo a la misma fuente, el fallecido era uno de los que había acudido al centro de salud para ser atendido tras la reyerta y a quien, cuando se disponía a subir a su vivienda en la tercera planta, el presunto homicida, que vive en la planta baja, le disparó. «El fallecido iba acompañado por un hijo mayor de edad sobre el que también intentó disparar pero no lo consiguió porque se le encasquilló el arma», según el comunicado.
Ante la llegada de la Guardia Civil, P.A.S.H., sobre el que pesan numerosos antecedentes penales por tráfico de drogas, amenazas o robo con fuerza, entre otros, se atrincheró en su vivienda y dijo que tenía rehenes en el interior. Los agentes entonces tomaron posiciones, acordonaron la zona y comenzaron a negociar, tanto por teléfono como a través de la puerta. Sobre las siete de la mañana llegó al lugar la Unidad Especial de Intervención (UEI) de la Guardia Civil que tiene su base en Valdemoro (Madrid), a la que se había avisado, en unos momentos tensos ya que a las 6:30 horas se escuchó una detonación dentro de la vivienda. A las 8:15 horas, un disparo realizado «a ciegas» desde dentro de la vivienda a través de la puerta cerrada alcanzó al teniente coronel Pedro Alfonso Casado, jefe de la UEI allí desplazada, que fue trasladado inmediatamente al Clínico de Valladolid, donde finalmente ha fallecido este martes.
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