La acusada, este lunes, en el juicio que se celebró en una sala del Juzgado de lo Penal número 2 de Palma.  | Guillermo Esteban

TW
6

Una mujer negó este lunes en el juicio haber golpeado a su progenitora tras llamar a un cerrajero para  entrar en su casa de Palma. «Yo nunca he agredido a mi madre, sólo intenté defenderme de los golpes», declaró la acusada, que es exprofesora de la Universitat de les Illes Balears (UIB).

Los hechos enjuiciados se remontan a la tarde del 23 de noviembre de 2019, cuando la mujer acudió junto a su prima y una amiga al domicilio de su madre, que vive con el hermano de la procesada. «Tocamos el timbre durante más de media hora, pero nadie contestaba. Yo sabía que a esas horas mi hermano, por su enfermedad, y mi madre, por su avanzada edad, se encontraban en casa y empecé a preocuparme», explicó.

Dos vecinos salieron del edificio y la mujer aprovechó para acceder al interior. Subió al piso de su madre y llamó al timbre. Nadie abrió. «Al cabo de 20 minutos, al ver que nadie daba señales de vida, empecé a preocuparme seriamente. Pensé que había ocurrido alguna desgracia y llamé a un cerrajero de urgencia».

La acusada relató que cuando el trabajador estaba a punto de abrir la puerta su hermano y su madre abrieron. «Me dirigí a mi madre y la vi aturdida, confusa, desorientada. Le decía a mi hermano: ¿Quién es? Les pregunté insistentemente por qué no abrían y mi madre enloqueció, perdió los papeles y empezó a golpearme. Cogió un andador para intentar agredirme con él».

La denunciante, de 93 años, contó que estaba viendo ‘Cine de barrio' con su hijo cuando se presentó su hija en su casa. «Llamó a un cerrajero y cuando abrí la puerta empezó a empujarme. Me dio patadas y puñetazos por todo el cuerpo», aseguró la mujer, que reconoció que dio una patada a su hija para defenderse. El parte médico de lesiones recoge que sufrió erosiones y rasguños en la mejilla y en la nariz. La madre de la acusada, apoyada sobre un andador, finalizó su declaración, se dio la vuelta y se dirigió hacia su hija, que estaba sentada en el banquillo. Rió, la llamó «loca» y se fue de la sala.

El apunte

El fiscal pide dos años y medio de cárcel y una multa de 1.080 euros

El fiscal reclama una condena de dos años y medio de cárcel para la mujer por un delito de coacciones. La acusada deberá indemnizar a su madre con 200 euros por las heridas leves causadas. El abogado defensor, Javier Llop, solicita la absolución mientras que la acusación particular pide tres años de prisión y 50.000 euros por las lesiones y el daño moral. La causa, en un principio, se tramitó por un delito de allanamiento de morada con jurado popular, pero finalmente la asumió el Juzgado Penal número 2 de Palma por un delito menos grave de coacciones.