El procesado, este lunes, en una sala de lo Penal de Palma. | Juan P. Martínez

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Un juzgado de lo Penal de Palma condenó ayer a un hombre al pago de una multa de 4.800 euros tras reconocer ante la magistrada que abusó sexualmente de una mujer en un almacén de frutas y verduras ubicado en sa Pobla en enero del año 2019. El acusado indemnizó extrajudicialmente a la perjudicada antes de la celebración de la vista y no podrá acercarse a ella a menos de 200 metros ni comunicarse durante dos años.

El varón, de 69 años y nacionalidad española, dio el visto bueno al acuerdo de conformidad que alcanzó su abogado, Eduardo Valdivia, con la acusación particular, ejercida por Diego Marín, y la representante del Ministerio Fiscal. Los hechos tuvieron lugar el 17 de enero de 2019. La víctima acudió al domicilio de su jefe, donde este tiene una empresa dedicada a la venta de fruta y verduras. El hombre le dijo a la denunciante que llamara a un señor para que le trajera una caja de puerros de Mercapalma. La mujer hizo lo indicado y se puso en contacto con el procesado, que le contestó que no se encontraba en la capital balear.

Minutos más tarde, éste llamó al jefe de la perjudicada y le dijo que le acercaría al almacén lo solicitado. Cuando el acusado llegó al lugar, la mujer le dijo que dejara los puerros en la puerta y ella más tarde los metería. El hombre se negó en rotundo. Cogió la caja y entró en el almacén, donde se encontraba la víctima.

Una vez allí, cerró la puerta y empezó a agarrarla y a insinuarse sexualmente. Entre otras cosas, le dijo «me pones cachondo desde la primera vez que te vi, quiero estar contigo». Posteriormente, le tocó los pechos por encima de la chaqueta e intentó besarla. La mujer quiso zafarse del hombre, pero no cesaba su actitud, llegando incluso a ofrecerle dinero para que estuviera con él. Ella contestó que no le conocía de nada y que «podría ser su padre».

La escena se volvió a repetir cuando la denunciante intentó abrir la puerta del almacén para huir. De nuevo la abrazó y la besó. La perjudicada, angustiada, pudo reaccionar y abrió la puerta y pidió ayuda. Ante dicha situación, el hombre le dijo que todo había sido una confusión y le pidió perdón por lo ocurrido. Cuando éste se marchó, la víctima acudió rápidamente a poner la denuncia a la Guardia Civil. Inicialmente, el Ministerio Fiscal solicitaba para el acusado un año y medio de prisión. La jueza, dada la conformidad alcanzada, dictó sentencia en el acto.