Según el escrito de la Fiscalía, los hechos ocurrieron en verano de 2004 cuando el acusado recogió a su prima de unos ocho años en el taller de mecánica que tenía el hermano de la menor, en S'Illot. Durante el camino y estando ambos sobre la motocicleta el procesado realizó tocamientos a la víctima. Al llegar al bloque donde los dos tenían sus respectivas viviendas, en Cala Millor, el procesado la llevó a su casa y continuó con los abusos. Pasados unos días, tal y como se apunta en el mencionado escrito, el hombre invitó a su prima pequeña a jugar a la Playstation. Una vez en el sofá se volvieron a repetir los abusos sexuales.
Durante el juicio el acusado ha negado todos los hechos y ha explicado que él en alguna ocasión, cuando la víctima era algo más mayor, llegó a realizar algún comentario sobre su orientación sexual. También que en una ocasión se burló de ella por un fallo durante un partido de fútbol. Con estos hechos el procesado ha querido justificar el relato, según él falso, de la víctima: «Creo que me guardaba rencor. Por buscarme un problema claro que pudo ser por aquello», ha dicho.
Ante el Tribunal también han declarado algunos testigos, entre los que había varios familiares , amigas y una expareja de la víctima. Esta última ha afirmado que finalmente pudo saber a través de otras personas que la víctima terminó con su vida como consecuencia de los hechos que ahora se juzgan: «Aunque ya no estábamos juntas cuando pasó todo en 2018 hablé con amigas suyas que me confirmaron que estaba muy mal por lo de su trauma. Otro amigo me confirmó que era 100% por eso». Las conversaciones de chat donde se realizan estas afirmaciones fueron entregadas en la causa.
Por su parte, la madre de la víctima ha explicado que en dos ocasiones, en las fechas donde supuestamente transcurrieron los hechos, la menor manifestó dolores en las zonas íntimas y que su ropa interior presentaba alguna mancha. Unos hechos que ella atribuyó a que la menor estaba iniciando el proceso menstrual: «No me imaginé nunca que iba a pasar esto cuando me dijo q tenía dolores, pensaba que se estaba preparando para la regla. Ocurrió dos veces… ella me miraba y me quería decir algo pero no me decía nada. Me decía que le dolía pero yo no lo supe ver», ha explicado la madre visiblemente afectada.
El hermano y otros familiares también han relatado el momento en el que la joven, a los 18 años, les explicó todo lo que había ocurrido. Sobre ese aspecto, el hermano ha asegurado que la creyó porque su primo, el acusado, «ya abuso de menores» cuando los dos hacían de monaguillos en una iglesias. «Me contaron que había masturbaciones y penetraciones. Por eso yo la creí», ha dicho. Varios testigos también han afirmado que la víctima mostraba un gran rechazo, que en su momento muchos no comprendían, hacía el acusado.
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