La Fiscalía reclama una condena de cinco años de cárcel para el enjuiciado por un delito continuado de abuso sexual y que indemnice a la perjudicada con 20.000 euros por los daños morales ocasionados. El hombre no podrá contactar ni acercarse a menos de 500 metros de la denunciante durante los próximos 10 años.
Los hechos juzgados supuestamente se produjeron desde 2014 hasta aproximadamente junio de 2015, según recoge el Ministerio Público en su escrito. El acusado aprovechaba el régimen de visitas que tenía con su hija menor en su casa para someterla a tocamientos cuando se encontraban en el sofá viendo la televisión. El hombre le amenazaba con que si contaba algo a la familia diría que es una mentirosa. Los episodios se repitieron en «múltiples ocasiones», según relata la Fiscalía.
La madre de la menor ha explicado que cuando la niña le contó que había sufrido abusos por parte de su padre decidió acudir a Urgencias para que la examinaran. «Mi hija me negó los abusos por vergüenza y por temor a que no le creyera. El padre no le tenía que aplicar ninguna pomada. Yo se la puse unos días cuando tenía rojeces y se la dejé de poner cuando se le fueron».
La mujer ha manifestado que la niña contó a la forense que su padre le tocaba. La médica le preguntó que por qué no le decía que no le tocara y la menor dijo que si no se dejaba no podía jugar con un coche de juguete. Un psicólogo forense que ha sido citado en el juicio para declarar en calidad de perito ha asegurado que el relato de la pequeña, que estaba «nerviosa y cohibida», le pareció creíble. El fiscal Gonzalo Sans, en el trámite de informe, ha señalado que la adolescente «ha sido persistente con lo que relató en su día».