TW
0

El caso sobre Daniel Sancho continúa dando que hablar después de que el joven haya entrado en prisión en Tailandia tras confesar haber asesinado y descuartizado al cirujano colombiano Edwin Arrieta. Desde que Sancho está en la cárcel de Koh Samui, en Instagram ha aparecido una cuenta con su nombre que no ha parado de publicar fotos de su álbum más personal.

Se trata de una cuenta falsa que ya ha sido denunciada por suplantación de identidad y difusión de información falsa, han apuntado a ABC fuentes del entorno de Rodolfo Sancho. Asimismo, desde Telecinco han señalado que este perfil ha publicado fotografías y Stories «desde casi el mismo día que entró en prisión».

Sin embargo, el hijo del actor no cuenta con teléfono móvil en prisión, indica ABC, por lo que algunos medios especulan que detrás de este perfil falso podía estar una persona cercana a Daniel Sancho.

Tras salir a la luz las primeras informaciones sobre esta suplantación, la cuenta @danielsanchobronchalo se ha vuelto privada y este sábado se han eliminado todas las publicaciones que tenía con fotografías de anteriores viajes que el hijo de Rodolfo Sancho y Silvia Bronchalo hizo a Tailandia. Poco después, en la tarde del sábado, el perfil también ha sido borrado de Instagram.

Esas imágenes publicadas por la cuenta falsa mostraban a Daniel Sancho de espaldas mirando al mar, buceando, en un tren o posando con amigos. La imagen de perfil también era una publicada por el joven, que se definía en la biografía como «chef y aventurero».

En sus Stories, el falso Daniel Sancho relataba su día a día en prisión, si bien las horas de publicación en esta red social no se correspondían con la rutina de Sancho en la cárcel.

"Hoy conocí a un buen amigo, se llama Carlos Alcañiz, está preso desde hace varios años. La gente en Tailandia me empieza a ver con mala cara, no sé qué se está diciendo mucho afuera, no puedo usar mi móvil para ver noticias y tengo a la policía monitoreándome a diario", llegó a escribir.

Además, explicaba cómo supuestamente conseguía utilizar el teléfono desde la prisión. «Le pago a la policía 500 bahts, que son como diez euros, para que me deje usarlo 10 minutos», indicó.