Los okupas fueron detenidos y conducidos a los juzgados de Vía Alemania de Palma. | Pascual Ribot

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La situación en la antigua cárcel de Palma comienza a ser muy preocupante. Los enfrentamientos entre dos grupos de okupas, los incendios intencionados para acabar con la vida de los rivales, incumplimientos de órdenes de alejamiento y las peleas con armas blancas se están sucediendo casi a diario.

En menos de una semana, los Bombers de Palma han tenido que acudir en dos ocasiones para sofocar incendios en el antiguo centro de internamiento de la capital balear. Pero de forma paralela, prácticamente a diario, la Policía Nacional y la Policía Local tienen que realizar intervenciones en el lugar. De hecho, la riña tumultuaria con armas blancas producida hace una semana y que finalizó con siete jóvenes okupas detenidos se inició tras el intento de robo de un grupo a otro. Los arrestados, dos marroquíes y cinco argelinos, todos de entre 18 y 28 años, pasaron a disposición judicial la tarde del martes y quedaron en libertad.

Unas horas más tarde, los dos marroquíes incumplieron las órdenes de alejamiento y regresaron al centro. Nuevamente, fueron arrestados. El grave suceso, en el que varios chicos resultaron heridos, tuvo lugar a primera hora de la mañana del día 24. Un numeroso grupo de magrebíes inició una pelea en las instalaciones de la prisión, donde todos ellos residen desde hace meses.

Al parecer, y según fuentes próximas al caso, varios marroquíes intentaron robar a unos argelinos. Estos sorprendieron a los ladrones y se inició una fuerte trifulca. Durante la contienda se utilizaron cuchillos, barras de hierro, cadenas metálicas e incluso un palo de golf.

Cuando los agentes llegaron al lugar, tras recibir el aviso de testigos, encontraron media docena de jóvenes en el suelo ensangrentados y otros en un evidente estado de nerviosismo. Los policías avisaron de inmediato a los servicios sanitarios, que enviaron a varias ambulancias. Los sanitarios atendieron en las instalaciones a algunos de los implicados y los heridos más graves fueron trasladados hasta el hospital de Son Espases.

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional se hizo cargo de la investigación y cerró el atestado del suceso. Aun así, la investigación continúa abierta y no se descartan más detenciones. El cuerpo ha intensificado la vigilancia en la zona de Cas Capiscol para que no se reproduzcan los ataques violentos entre los okupas que mantienen en alerta al vecindario.