El suceso se produjo la madrugada del pasado día 11 en la calle de Punta Ballena. | Michels

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La Guardia Civil de Calvià ha detenido a dos jóvenes, ambos turistas suecos de 26 y 21 años, acusados de golpear con ladrillos y un palo a un hombre en Magaluf la madrugada del pasado día 11. Al parecer la agresión se produjo cuando la víctima les dijo a los escandinavos que no vendía marihuana después de ser preguntado por ello.

Ambos arrestados, que se encontraban de vacaciones en Alcúdia, fueron asistidos por el abogado Martí Ciucio y tras pasar a disposición judicial en Palma el magistrado de guardia ordenó su puesta en libertad. Horas más tarde tenían el billete para regresar a su país de origen.

Los hechos se remontan a la madrugada del día 11, sobre las 3.00 horas, en la calle Punta Ballena de Magaluf. Los dos turistas paseaban por el lugar cuando de repente se toparon con un ciudadano italiano de 48 años, que trabaja y reside en la zona. Ambos preguntaron al hombre si les podía vender marihuana. Este contestó que no, que no vendía droga. E instantes después empezaron a agredirle. La escena fue grabada en vídeo por varias personas.

La víctima cayó al suelo y allí le golpearon con un palo y ladrillos que encontraron los agresores cerca. El perjudicado no sufrió lesiones de gravedad, por lo que abandonó el lugar por su propio pie para acudir a un centro médico. Una pareja de la Benemérita que se encontraba no muy lejos fue informada de lo ocurrido y del paradero de los sospechosos, que aún seguían por allí. Ambos fueron arrestados en ese momento. Pero al no haber ni denuncia ni parte de lesiones, fueron puestos en libertad. Dos días más tarde, el 13, el italiano acudió al cuartel de la Guardia Civil y explicó lo sucedido. Relató que iba a tomarse algo por Punta Ballena después de trabajar y se topó con los dos jóvenes suecos, a los que no conocía de nada. Tras decirles que no tenía droga fueron a por él.

Después de tener la denuncia de la víctima, ambos agresores fueron arrestados por los agentes de la Guardia Civil, que sabían dónde estaban alojados. El juez de guardia los dejó en libertad y horas después cogieron el vuelo de vuelta a casa.