La previsión, según informó entonces el gabinete de prensa del TSJIB, es que el varón siguiera ingresado --en calidad de preso, no de detenido-- y, una vez recuperado, pudiera pasar ante el juez. Los hechos se remontan al 29 de abril, cuando sobre las 09.00 horas se recibió una llamada que alertaba de una quema de rastrojos en una finca de Manacor.
Una patrulla acudió al lugar y se adentró en la finca, observando fuego y a un hombre «enajenado». Este último, al percatarse de la presencia policial, cogió un bidón de gasolina y una antorcha artesanal para atacar a los agentes, a quienes amenazó.
Con todo, consiguieron reducirle y procedieron a su detención. Acto seguido los policías comprobaron que había fuego en unos árboles que delimitaban una parte de la parcela y una hoguera. Los bomberos se personaron en el lugar, extinguieron el incendio y los policías verificaron que en la hoguera se encontraban los restos de un cadáver ya calcinado.
En el interior de la vivienda de la finca también encontraron el cuerpo de un hombre que resultó ser el hermano mayor del detenido. Los cadáveres presentaban señales de violencia y se observaron numerosos daños en la vivienda así como en el coche propiedad del detenido, por lo que se llevó a cabo una inspección técnico policial.
Los agentes identificaron el cadáver del hombre, hermano mayor del detenido y que presentaba una discapacidad intelectual. El cadáver calcinado apunta a que se trataría de la madre --la otra persona que convivía en la finca con los dos hombres.
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