El procesado, colombiano de 28 años, este lunes en la Audiencia Provincial de Palma. | A. Sepúlveda

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El juicio en la Audiencia de Palma comenzó con algo inaudito. El procesado tomando la palabra ante la sorpresa de todos y pidiendo perdón a la menor y a la familia por el daño ocasionado, pero deslizando cuál sería su línea de defensa: «Fue todo consentido». Así se presentó ante el Tribunal el acusado de violar a una menor de 14 años, un colombiano de 29 años miembro de la banda juvenil 'El Caserío 24/7', en abril del pasado año. La Fiscalía solicita para él, que está en prisión, doce años de cárcel y que indemnice a la víctima en 19.500 euros por el daño moral ocasionado.

El enjuiciado, que solo quiso responder a las cuestiones planteadas por su letrado, intentó explicar que la menor le mintió con su edad. «Me empezó a seguir en Instagram porque yo era de El Caserio y nos hicimos amigos. Hablábamos mucho y cuando le pregunté la edad me dijo que tenía 17 y que pronto cumplía los 18», explicó al tribunal. Cuestionado sobre si él le comentó a la menor cuántos años tenía respondió que «le dije que yo tenía 27 y ella me contestó que nunca había estado con alguien tan mayor», rememoró el acusado.

Dicha amistad forjada a través de redes sociales se convirtió en una cita. Quedaron antes de que la menor entrase al instituto y fueron a casa del varón, que en ese momento mantenía una relación con otra chica. «Recuerdo que la primera vez, y de camino al piso, fuimos separados, cada uno por una acera. Y en una de esas citas tuvimos relaciones, sí, pero fueron consentidas. Poco después me dijo que tenía 14 años y no 17», explicó. En ese momento el joven suspendió su cuenta de Instagram unos días y después regresó a la actividad. Cuando lo hizo la perjudicada ya había hablado con la que era su pareja y el acusado la amenazó «con enviarle gente». Esto, como la relación sexual forzada, también fue negado por él.

La madre de la víctima recordó que vio en la tablet de la menor una serie de capturas de conversaciones entre la adolescente y el procesado. Habló con ella y le contó todo. «Me explicó que habían quedado y que él le había obligado a tener relaciones sexuales a pesar de que ella no quería», dijo. La mujer, convertida en madre coraje, buscó al sospechoso por redes sociales y lo encontró. Con dicha información y la proporcionada por su hija se apostó días después de enterarse de todo en el portal de su casa a esperar que saliera para avisar a la policía. «Lo vi salir mientras preguntaba a vecinas si lo conocían. Yo disimulé y cuando se alejaba avisé a la Policía Nacional». Una patrulla acudió y lo arrestó. Uno de los agentes explicó al Tribunal que la madre «hizo una investigación paralela». Y dio sus frutos. Los agentes confirmaron con el grupo que llevaba la investigación que se trataba del sospechoso.

Durante la vista también se reprodujo el vídeo del testimonio de la menor recogido en una prueba preconstituida. En él la víctima confirmó lo afirmado en su día, que el acusado le forzó a tener relaciones a pesar de su negativa. Como consecuencia de estos hechos la víctima sufrió un trastorno por estrés agudo con daño social asociado. El juicio quedó visto para sentencia.