El nuevo edificio ha sido diseñado por el arquitecto mallorquín José García-Ruiz y sirve para acoger en distintos espacios experiencias singulares relacionadas con la cultura del vino. En esta ocasión el gran Philippe Salva, quizás una de las personas que más sabe de moda de la Isla, y que mejor la entiende, quiso crear, entre viñas, y en la tierra roja, tan distinta del resto, una pasarela mallorquina para unir ambos mundos.
En realidad en el desfile se vio poco de lo que Salva había creado, pues fueron tres días de pop-up con quince firmas de ropa y accesorios, cinco empresas de cátering y productos gourmet para celebrar la slow fashion y la slow life mediterránea. El pistoletazo de salida lo dio un desfile de moda entre viñas bajo la dirección artística de José Ojeda y Sergio Quesada a los que he de felicitar, pues nos dejaron maravillados con los peinados y maquillajes de las modelos dignos del mejor desfile del mundo.
Después, los 250 invitados disfrutamos de los vinos de la finca maridados con jamón de Jamón & Embutido Extremadura, quelitas de Quely y descubrieron los productos (aceite de oliva y caramelos) de la nueva y exquisita firma gourmet Bibliotèque Espagnole. Para los más jóvenes o los que no beben alcohol, Begudes Puig ofreció sus refrescos familiares. Y la decoración efímera la pusieron Exclusive Catering y Otro Cantar. He de contarles que me entusiasmó la salida, en un tiempo muerto entre pase y pase, de dos jóvenes guapos repartiendo bebidas y galletitas entre el público. Un guiño a la normalidad molt nostro.
El viernes y sábado, las quince firmas continuaron disponibles para los visitantes como mercado pop-up y María Figuerola, de S'Hort de Can Blai, cocinó para todos los que se acercaron a la bodega. Imagino que los participantes en esta experiencia tan innovadora deben estar encantados con la capacidad del equipo de la casa para solucionar problemas. Moda mallorquina de Anuré Crochet lamps, Bibliothèque Espagnole, Cartonpia, Folklorious, Humus, Ikatela, Lar Mallorca, Little Big India, Mamaplata Formentera, Momo Joyas, Monnur, Rosariop Estudi, Sommits, Tania Presa & Natividad Castillo, Verdmarí, Vius Esporles y Wineries of Arts nos mostraron que todo esfuerzo vale la pena.
Lo que más me emociona es que los padres de Philippe no quisieron perdérselo y viajaron a la Isla desde la altura de sus años cercanos a la gloriosa centena. Tener padres a determinadas edades es un regalo de Dios. Enhorabuena, amigo, y a seguir haciendo posible lo casi imposible. Sigo con vino de la tierra, pero antes no se pierdan mis impresiones sobre la boda real jordana, mare de Déu, superó a la coronación de Carlos III.
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