La sexta temporada del programa culinario que ha liderado la parrilla televisiva en los últimos años, MasterChef, ya está en marcha. Este pasado domingo La 1 de TVE estrenó el espacio donde los chefs Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nájera y Jordi Cruz tratan de exprimir el talento de los participantes.
El primer día era de fogueo y de selección, con un reto para el que de cada tres solo uno lograría el delantal acreditativo como participante de pleno derecho del talent show. Todo iba razonablemente bien hasta que compareció Jorge, un andaluz que, tras un breve intercambio con Samantha le dijo que era la miembro del jurado que menos le gustaba, porque era «un poco sosa».
Allí Samatha le 'cogió la matrícula', como suele decirse popularmente. En la hora de ponerse a los fogones a Jorge le dio por cantar, y la segoviana lo reprendió porque ese no era lugar para su cante, al desconcentrar a sus compañeros. En el momento de juzgar el plato, Jordi quiso darle una lección de educación.
«Voy a hablarte de modales y de educación. Tu plato está bien, pero no voy a darte mi sí porque creo que hay algo más importante, y es que le has faltado el respeto a mi compañera», dijo Cruz muy serio. A Jorge se le cayó el alma a los pies, y por si fuera poco lo tuvieron en vilo un tiempo considerable, poniéndolo a la cola de todos los aspirantes para después dirimir sobre su situación.
Finalmente, Jorge fue el último en obtener su pase al programa, que empezará su singladura eliminatoria en siete días, no sin antes llevarse un último aviso del jurado, quien dijo que esperaban un «cambio radical» en su comportamiento, para lo que mandara a partir de este momento fuera su talento gastronómico y no su lengua afilada.
1 comentario
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Paripé, paripé. Supongo que si todo el mundo se limitase a cocinar el programa sería un tostón, por lo que tienen que darle vidilla al tema inventándose conflictos absurdos.