La agricultura ecológica está de moda. Todo indica que hay un cambio de mentalidad, tanto de productores como de consumidores que quieren cambiar sus hábitos y optan por el producto ecológico. Por ello, cada día son más los interesados en cultivar esta modalidad, tanto si hace años que se dedican a la agricultura convencional y se pasan a la ecológica, o bien si son nuevos emprendedores y toman este rumbo desde un inicio. Para encaminar a los interesados, la Associació de Productors Ecològics de Mallorca (APAEMA) ha organizado una conferencia sobre ésta reconversión.
El director técnico de APAEMA, Nofre Fullana, se ha centrado en la situación de la agricultura ecológica en Mallorca: el mercado, el potencial que hay, la reglamentación y normativas a cumplir, el etiquetaje, la evolución y las perspectivas de futuro. Ante el aumento de productores y demanda, Fullana ha comentado que «se está trabajando en ligar este consumo que hay con la producción local, porque la gente de cada día come más producto ecológico, pero se está cayendo en el peligro que muchas veces no son variedades autóctonas y hay que intentar que ecológico y local vayan de la mano».
El técnico de campo, Miquel Serra, ha puesto sobre la mesa los diferentes grupos de cultivos y cuáles son las dificultades para dar paso a la agricultura ecológica. Para cultivos de pasto, grano o frutos secos «pasar de convencional a ecológico es bastante sencillo porque no hay plagas concretas y el agricultor no tiene que cambiar demasiado sus hábitos de trabajo», explica Serra. Sí que necesitará, por ejemplo, abonos y semillas en ecológico que ya las hay.
El cultivo del olivo tampoco es demasiado difícil –comenta- pero hay que tener en cuenta que hay dos problemas sanitarios, como son el repilo (ull de gall) que es una enfermedad que defolia los árboles, y la mosca. Para combatirlos, hay herramientas en ecológico pero son más limitadas que en convencional. «Quién se quiera pasar tiene que saber las dificultades con que se encontrará pero con empeño y dedicación se puede llevar a cabo», explica Serra.
La hortaliza ya tiene un nivel más de dificultad. Al no utilizarse los abonos que se utilizan en la convencional hay que emplear estiércol y abonos comerciales que no tienen tanta riqueza, hay que cuidar las rotaciones y hay que ser muy previsor. «Tiene que ser más buen agricultor y más buen hortelano», comenta Serra, «porque no tendrá tantas herramientas para defenderse si pasa algo: una enfermedad o una plaga». Los frutales, son el grupo más ‘delicado'. Albaricoque, melocotón, pera o manzana, entre otros. «Es el grupo más difícil para pasarse a ecológico porque es donde tiene que estar más profesionalizado. Tiene que ser una persona con mucha experiencia, que conozca muy bien el cultivo.
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