Una pareja en la cama. | Freepik

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Dormir desnudo en verano puede parecer una forma ideal de combatir el calor, pero en realidad, puede tener efectos contraproducentes. Uno de los principales problemas es que, al no usar ropa, el sudor no se absorbe y se queda en la piel, lo que puede hacerte sentir más incómodo y pegajoso. Además, la ropa ligera actúa como una barrera protectora contra los cambios de temperatura durante la noche, lo que ayuda a mantener una temperatura corporal más estable. Sin esa capa, puedes pasar más frío de lo esperado si la temperatura baja durante la madrugada.

Otra consideración es la higiene. Dormir desnudo aumenta la posibilidad de que bacterias y ácaros se acumulen en las sábanas, lo que podría generar problemas de salud si no se lavan con la frecuencia adecuada. Además, si estás sudando mucho durante la noche, podrías estar exponiendo tu piel a irritaciones o infecciones cutáneas debido a la humedad atrapada entre el cuerpo y la cama.

Finalmente, algunas personas podrían encontrar que dormir desnudo, aunque inicialmente relajante, les genera más ansiedad o interrupciones en el sueño debido a una mayor sensibilidad a las sensaciones táctiles. La tela ligera y transpirable no solo protege, sino que también puede proporcionar una sensación de seguridad y confort que ayuda a lograr un sueño más reparador. Por tanto, aunque la idea de dormir desnudo en verano pueda parecer tentadora, optar por un pijama ligero de algodón puede ser una mejor opción para mantener la frescura y la comodidad durante toda la noche.