Según los italianos, el 'capuccino' solo se puede tomar por la mañana. | Freepik

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En Italia, es común que los locales miren con extrañeza a quienes piden un café con leche, como un cappuccino, después de las 11 de la mañana. Esta práctica, profundamente enraizada en la cultura italiana, tiene tanto motivos gastronómicos como culturales.

Los italianos creen que consumir leche después de las comidas principales, especialmente por la tarde, puede interferir con la digestión. Según la tradición, el café con leche es visto como una bebida pesada que, si se toma tarde en el día, puede causar malestar estomacal. Por esta razón, prefieren disfrutar de su espresso o macchiato, bebidas más ligeras y menos agresivas para el sistema digestivo.

Este hábito no solo está ligado a la salud, sino que también forma parte del ritual diario de los italianos. Para ellos, el cappuccino es una bebida matutina, a menudo acompañada de un cornetto (croissant) en el desayuno. Una vez que el día avanza, optan por cafés más pequeños y concentrados, que complementan mejor el ritmo de su jornada.

Los turistas, acostumbrados a pedir bebidas con leche a cualquier hora, pueden sorprenderse al recibir miradas curiosas o incluso un rechazo educado por parte de los baristas. Sin embargo, esta costumbre no es solo una cuestión de etiqueta, sino una expresión de la identidad cultural italiana, donde la comida y la bebida siguen reglas específicas que han sido transmitidas de generación en generación.