Agua, el gran aliado en la cocina | Pixabay

TW
0

A menudo con el calor y las vacaciones, se puede hacer cuesta arriba comer bien, pero con estos trucos cocinar será más sencillo. Muchas veces, la solución para problemas culinarios es más simple de lo que parece: agua. Además, de ser un componente esencial para una vida saludable, es la clave para recuperar o revivir alimentos que consideramos pasados de fecha. La mayoría de veces, los alimentos pierden hidratación, como consecuencia están menos frescos, pero eso no significa que no haya que tirarlos.

1. Zanahorias blandas

Dada su versatilidad y debido a que crecen fácilmente, las zanahorias son un ingrediente muy común en muchos platos de diferentes culturas. Con ellas se pueden elaborar ensaladas, postres, zumos, cremas y purés, entre otros. Por ello, tenerlas a mano en la nevera es muy frecuente. Lo ideal, es consumirlas frescas pero si alguna vez se te olvida alguna en el fondo del cajón, sabrás que al cabo de unos días se reblandecen. Pues bien, esto se debe a que se han deshidratado. Para conseguir que vuelvan a estar frescas, siempre y cuando no tengan moho, tendremos que sumergirlas en un plato con agua fría hasta que recuperen su hidratación y regresen a su forma inicial.

2. Pan congelado

El pan es un alimento que se puede conservar con facilidad, pero si se queda en el exterior pierde se textura y sabor. Para alargar su vida, podemos congelarlo, ya que el congelador puede mantener alimentos frescos hasta tres meses. Pero el resultado descongelado puede no ser lo que esperábamos. Esto sucede porque el pan se deshidrata con el calor del microondas o del horno. En el microondas, deberás colocar el pan cubierto con un paño o papel de cocina y meter una taza de agua al lado para permitir que la humedad se mantenga y el pan no se seque. El proceso es similar en el horno, a 180 grados colocaremos el pan en una bandeja y debajo un bol con agua.

3. Pizza fría

Aunque algunos prefieren la pizza fría el día de después, otros quieren saborearla como si estuviera recién hecha. Para los segundos tenemos la solución: agua. Otra vez un vaso de agua en el microondas será el truco definitivo para que no se quede seca. Por otro lado, si quieres calentar todos los ingredientes y fundir el queso, lo mejor será colocar la porción en una sartén a fuego medio y añadir unas gotas de agua en la sartén, no sobre la pizza y después cubrirla con una tapa. Así, la masa recuperará su toque crujiente.

4. Pelar una granada

En muchas ocasiones, debido al tedioso trabajo de separar los granos de la piel de la granada terminamos por no comerla. Sin embargo, con este truco te resultará mucho más sencillo. Para desgranarla, hay que cortar la fruta en cuatro trozos y sumergirlos en un bol de agua fría. Con las manos conseguiremos soltar los granos que se hundirán al fondo y la membrana blanca flotará. Lo bueno de este truco no es solo separar lo comestible del desperdicio, sino también evitaremos las manchas que son difíciles de limpiar.

5. Calentar arroz

Llevarse la comida de casa a veces reduce las opciones de comida, en el caso del arroz, al calentarlo en un microondas lo deja duro. Para evitar esto, es necesario un hielo. Al calentar el plato colocaremos el hielo encima del arroz, no se derretirá pero sí aportará la humedad necesaria para que no se quede seco. Este truco funciona con todos los tipos de arroz.

6. Pelar un huevo cocido

Puede que la típica manera de pelar huevo cocido, dándole un golpecito y despegando la cáscara, sea la única que conoces. Sin embargo, hay una forma más profesional e higiénica, así lo hacen en los restaurantes. Será necesario un pequeño bote con tapadera, lo llenaremos con agua sin cubrir el huevo y agitaremos enérgicamente. De esta manera se desprenderá la cáscara y evitaremos los pequeños trocitos de cáscara por todas partes.

7. Cocinar legumbres

Para cocinar garbanzos, lentejas u otras legumbres secas es necesario ponerlas a remojo. Después, la mayoría de la gente suele tirar el agua y cocinarlas con una nueva. Sin embargo, utilizando ese agua aportarás más minerales al plato final y acortarás el tiempo de cocción. Este agua no es perjudicial ni está sucia como se suele pensar. El arroz, por otro lado, sí es recomendable lavarlo antes de cocinar.