Con esos sentimientos entré y salí en mí último almuerzo en Sa Roqueta con un grupo de amigos, copartícipes de similar estado de ánimo. Sigue manteniendo las esencias de la casa de comidas montada en el verano de 1987 por Miguel Serapio, su nuera y su hijo, en una antigua casa de pescadores, con la cocina de barca y la frescura de sus productos como elemento diferencial. Desde entonces, ha ido creciendo en clientela y prestigio. Hicimos una comanda para compartir, procurando no pasarnos. Los entrantes, intensos de sabor, como esperábamos: calamar de potera, bien entintado y rehogado, y unas excelentes almejas de cuchillo en sartén con ajo y vino blanco. Francamente buenos. Y, como principales un logrado arroz meloso con gambas de Sóller y marisco, que nunca defrauda, y –para mí, lo mejor del almuerzo– unos soberbios garbanzos con calamar, de una untuosidad y suavidad impresionantes. Los sencillos garbanzos pedrosillanos tienen esa virtud y suelen ser imbatibles.
Las características de los platos están muy bien explicados en la carta, con detalles sobre alérgenos. Un esfuerzo que hay que agradecer, de los más didácticos que conozco. Si además corrigen algunos pequeños errores sintácticos que se les han deslizado, todavía mejor. Por tanto, toda una experiencia de buena cocina, simple pero muy lograda, que es en lo que radica su valor añadido.
En el capítulo de precios, en el momento en que te descuidas, se pueden ir fácilmente a los tres dígitos. Algún ejemplo de nuestro almuerzo compartido: almejas, excelentes, 42 euros ración. Arroz con gambas, 38 euros. Y otros platos que no tomamos, como el arroz meloso de bogavante, 55 euros, o la caldereta de langosta, 69 euros. Está claro que la langosta y las gambas son caras. Pero es que la paella de verduras está a 32 euros! Y las espardeñas, bastante difíciles de encontrar, 65 euros la ración. En fin, que nos estamos colocando –por buenos que sean algunos restaurantes, y éste es uno de ellos–, en modo sólo para extranjeros pudientes o nacionales desahogados.
Buena carta de vinos. Nosotros tomamos un Chablis de Louis Latour (65 euros), que multiplicaba dos veces y pico su coste en tienda, y un magnífico Roda 19, a precio razonable (49 euros). De postre, ensaimada con helado de almendra correcta y sabrosa, y gató con helado. Al final, 120 euros por persona (71 euros la comida, con unos entrantes que se nos quedaron escasos, y sin tomar pescado, y 50 euros por las bebidas). Por cierto, no hubiera estado de más algún detalle, como invitarnos a los cafés, por ejemplo. En fin, que tendremos que ir acostumbrándonos a frecuentar menos restaurantes como éste, porque la cartera no dará más de sí.
10 comentarios
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Vamos, si podemos, una vez al año mi mujer y yo a disfrutar de un arroz que dificilmeñte
Este plato me sale mucho más barato en mi casa y más rico ,yo no gano como para dar a ganar a otro.
Hemos perdido la sensibilidad al precio. Sa Roqueta, siempre ha sido un restaurante caro, con calidad y productos de mercado.. si la mayoría de los mallorquines son mileuristas, efectivamente les resultará caro, para mi los precios son similares si viajas un poco por ahí. Ayer ir al cine, dos de palomitas y dos bebidas 40€… lo dicho hemos perdido la sensibilidad del precio.
Conozco el lugar, se come bien, comida casera de siempre pero a unos precios prohibitivos para la lnmensa mayoría de los mayorquines... Ahora, como en otros restaurantes antes asequibles, predominan los comensales ricos extranjeros. Por cierto, no hay cosa peor que un cierto éxito, antes un simple arroz de verduras 16 eu... Normal no lleva nada especial, ahora supera los 30 eu!!un calamar frito que antes te costaba 15 o 19 eu ahora supera los 30!! Los vinos los multiplican por 4.... Vamos se han pasado 2 pueblos, hace meses que no voy... Cada vez como mucho mejor y barato en mi casa.
Estoy totalmente de acuerdo con el artículo, me pasa lo mismo, es muy buen rte sa roqueta, pero los precios son desorbitados, una lástima ya que es de los pocos rtes que se como de fábula.......
ni loco me veran por alli, tampoco podria pagarlo
Disculpe señor, le atracaron, no hay duda.
Tipico mallorquín!!! Si la gente dejaré de ir ya bajarían los precios
Si. Se pasan tres pueblos. La gente ha perdido la noción del valor de las cosas. Hace tiempo que la costumbre en Mallorca es inflar los precios. Restaurantes , ropa,vivienda….y la excusa siempre es la misma : “es que los alquileres son altos”.
Welcome to Mallorca.....millionaires playground.....els locals ja podem marxar cap a Albacete a viure