Existen variaciones de esta receta que utilizan otras frutas como peras, melocotones o ciruelas

TW
0

Me encantan los postres a base de manzana casi más que los de chocolate. El otro día comí una deliciosa tarta Tatin de manzana en Origin Palmanova y eso me impulsó a investigar un poco sobre los orígenes de esta delicia sencilla y sabrosa. Resultó que la tarta Tatin, un postre clásico de la gastronomía francesa, tiene una historia muy interesante. Este emblemático pastel de manzana invertido debe su nombre a las hermanas Tatin, Stéphanie y Caroline, quienes eran las encargadas del hotel Tatin en Lamotte-Beuvron, Francia, a finales del siglo XIX. La leyenda cuenta que Stéphanie, en un día particularmente ajetreado, olvidó poner la masa para la tarta de manzana en el fondo del molde.

Para salvar el postre, decidió colocar la masa encima de las manzanas ya cocinadas y darle la vuelta una vez horneada. El resultado fue tan exitoso que se convirtió en la especialidad de la casa. La Tarta Tatin tradicional se elabora principalmente con manzanas, azúcar, mantequilla y masa de hojaldre o brisa. Aunque las manzanas son el ingrediente estrella, existen variaciones de esta receta que utilizan otras frutas como peras, melocotones o ciruelas, e incluso versiones saladas con tomates, cebollas o patatas.

Receta. Ingredientes: entre 6 y 8 manzanas, preferentemente de variedades firmes y ácidas como Granny Smith o Reineta; 100 g de azúcar; 50 g de mantequilla sin sal; 1 lámina de masa de hojaldre, suficientemente grande para cubrir el molde y un poco de jugo de limón para evitar que las manzanas se oxiden. Preparación: comienza pelando, descorazonando y cortando las manzanas en cuartos. Se precalienta el horno a 190°C. En un molde apto para horno y fogón, se derrite la mantequilla a fuego medio y se añade el azúcar, cocinando hasta obtener un caramelo dorado claro. Se retira del fuego y se colocan las manzanas encima del caramelo, apretadas y en círculo, rociándolas con un poco de jugo de limón. Se cocina a fuego lento durante unos 15 minutos. Después, se cubre con la masa de hojaldre, marcando los bordes hacia adentro, y se hornea durante 25-30 minutos o hasta que la masa esté dorada. Una vez fuera del horno, se deja reposar unos minutos antes de darle la vuelta con cuidado sobre un plato. La tarta Tatin se sirve idealmente tibia, a menudo acompañada de crema fresca o helado de vainilla.