Limpio y seco, aliñamos el rodaballo con sal, pimienta negra y pimentón rojo. | Andrés Valente

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Se abrió un leve silencio. Evidentemente, Emilia reflexionaba. Luego preguntó si se podría encontrar pescado a aquellas horas. Agnesina le respondió que sería posible conseguirlo si iba al pescadero que proveía a los hoteles. Dijo, entonces Emilia, que fuera a comprar un pescado grande, de un kilo o un poco más. Pero que fuera fino, sin muchas espinas, como un dentón, o mejor todavía, un rodaballo... Lo que pudiera hallar y que lo hiciera asado o hervido. Quiso saber si Agnesina sabía preparar una salsa mahonesa y ella respondió afirmativamente. Entonces le propuso hacer el pescado hervido y ensalada o cualquier verdura que pudiera hervirse... zanahorias, calabacines, judías... Lo que fuera y además fruta, mucha fruta, que habría que meter en la nevera para que al ser servida fuera muy fresca, higos, y como primer plato, algo de jamón, no serrano sino en dulce…»

Es un fragmento de la novela Il disprezzo de Alberto Moravia, seudónimo del escritor italiano Alberto Pincherle (Roma, 1907-Id. 1990), que comenzó muy joven su carrera literaria en la revista Novecento, cuya ideología le interesó. Opuesto al fascismo marchó a América. Además de autor de narrativa destacó como periodista, escribiendo, sobre todo en el Corriere della Sera. Varias de sus novelas han sido llevadas al cine y en 1952 todas ellas fueron incluídas en el índice católico de libros prohibidos. Con fina ironía y a veces con lenguaje crudo, hizo una crítica de la sociedad burguesa dominada por el aburrimiento y privada de conciencia social.

Pero veamos la receta que en la novela y muy de pasada se nos propone. Dispondremos de medio kilo de rodaballo en trozos que limpiamos y secamos con cuidado. Los aliñamos con sal, pimienta negra molida y pimentón rojo. Calentamos aceite de oliva, tres cucharadas, en una cazuela y doramos en ella cuatro dientes de ajo pelados, una cucharada sopera de concentrado de tomate y si gusta, media cucharada sopera de harissa, todo bien diluido anteriormente en un vaso de agua. En cuanto hierva, metemos el pescado en el recipiente y ajustamos el agua, de manera que el pescado quede cubierto. Dejamos que cueza el preparado a fuego medio durante veinte minutos, al cabo de los cuales añadimos dos cucharadas de vinagre, algunas aceitunas sin hueso y varias cebolletas pequeñas. Cinco minutos más y puede servirse.