Gastronomía en el invernadero

Como elemento diferencial, han organizado un programa de visitas guiadas entre frutales y plantaciones para que se pueda conocer de primera mano el proceso de producción. Han incorporado también una botiga de sencillo y atractivo diseño en la que se pueden adquirir frutas y verduras recién recolectadas así como productos elaborados de entidades vinculadas, desde panadería propia hasta quesos de Sa Teulera, Es Collet, Sa Garrova…, embutidos de Can Company o carne de wagyu de Son Bellut, y vinos y licores de bodegas que encajan con la filosofía de este proyecto (Gelabert, Mesquida Mora, 7103 Petit Cellers…).

El proyecto, montado hace apenas cinco años, está teniendo buena acogida, sobre todo entre una clientela -en gran parte, foránea- ávida por comprar directamente frutas y verduras y por probar los platos elaborados con sus productos de proximidad.

La última novedad ha sido la creación de Terragust Degusta, un restaurante que han montado en el invernadero de fresas, de sobrio diseño de líneas austeras y muebles de madera clara, donde se puede disfrutar de platos elaborados con productos de su huerta y con los de sus asociados. Tienen un buen menú para complementar la visita guiada, y una sugerente carta diseñada por el chef Biel Llull Galmés, bregado en los fogones de Can March y del Molí den Bou, que está al frente de un equipo de seis cocineros. Tres dedicados al restaurante y otros tres al menú de las visitas guiadas y al cátering para empresas y eventos que se organizan en medio de las plantaciones.

En la carta del restaurante destacan las elaboraciones verdes y guisos de carne, y suelen sorprender con alguno especial de temporada. El día de nuestra visita, tenían un carpaccio de higos de rojísimo interior, con muselina de queso azul, cecina de wagyu a la que habían dado un golpe de calor, y almendra espolvoreada, realmente delicioso. Crujientes y melosas las croquetas de espinacas con queso azul de Sa Garrova y confitura de naranja (7,5€). Y muy sabrosas las burballes vegetarianas con tomates cherry confitados, olivada, alcaparras, almendras y queso Torretrencadeta (11,5€), ingredientes similares a los que acompañan su arroz meloso. Muy tierna la aguja de cerdo confitada de Ca’n Company con soufflé de zanahoria y almendra tostada (16,4€).

Postres atractivos, tanto el pastel de almendra y algarroba con helado, el hojaldre con helado de manzana y el pudding de coca de patata con nata semimontada (6,5/7€).

Los vinos de su reducida carta, a buen precio, muchos de los cuales pueden tomarse por copas. Fue un adecuado acompañante Illenc, un elegante coupage de cabernet sauvignon y callet que elabora Toni Gelabert con vides de la colonia de Sant Pere, sin filtrar ni clarificar y doce meses en barrica (28,5€).

Lugar innovador y diferente, con una atractiva gastronomía que marida productos cultivados in situ y otros de proximidad. Se pueden adquirir todos ellos allí mismo e, incluso, apadrinar un árbol y asegurarse una producción de primera calidad durante el año.