Almarcha sostiene que «a simple vista parecería que superarse es algo innato, pero la realidad es bien distinta, ya que superarse a sí mismo requiere una transformación personal muy profunda donde se pasa de ver los contratiempos como tal, para verlos como verdaderos elementos de progreso que lleven realmente a un cambio cualitativo y cuantitativo de nuestra vida». En este punto, sostiene que «seguramente muchos de nosotros tengamos en nuestra vida episodios que nos han costado un sobreesfuerzo afrontarlos, quizá porque se han generado en nosotros pensamientos que han despertado inseguridad, temor, falta de confianza… Ahora bien, si el resultado ha generado la consecución de aquello que se deseaba, habremos descubierto en nosotros nuevas formas de afrontar los desafíos que servirán para un futuro. Si, por el contrario, has experimentado una mayor resistencia y no has podido conseguir aquello que te habías propuesto, posiblemente también habrás extraído una lección importante, sobre todo si ves el error como aprendizaje y le das el valor que tiene».
La coach explica que «en este proceso de afrontar los diferentes vaivenes que te da la vida se esconde la superación personal, que no es más que ese motor motivacional intrínseco que nos ayuda a buscar diferentes soluciones para conseguir aquello que queremos y que también nos ayuda a detectar esos pensamientos u hábitos que nos alejan de ello». En su opinión, «identificar lo que hace que nos cueste en algunos momentos poner en marcha la maquinaria de la superación personal es básico para poder darle al botón de 'on'. Entre muchos factores, se encontraría el miedo como primer bloqueador. Vivir en la incomodidad y en no saber qué va a pasar, hace que dejemos de hacer. Por esta razón es tan importante dar un contexto realista a ese temor, ya que en muchas ocasiones va ligado a pensamientos negativos generados de los obstáculos que creemos que vamos a tener, sobrevalorando la realidad; es decir, creamos una experiencia que todavía no hemos vivido, pero que la sentimos como cierta lo que puede llevar a paralizarnos».
Otro componente que genera no acción es la apatía o la pereza al cambio, al esfuerzo que puede suponer las acciones que lleven conseguir superarse. «Normalmente detrás hay pensamientos muy justificados que refutan esta decisión, pero se hace quizá necesario hacer autocrítica, sobre todo cuando estamos hablando de un proceso enriquecedor que nos va a aportar enormes beneficios tanto a nivel personal como profesional». Almarcha asegura que «todo proceso que se precie requiere tiempo y, cuando hablamos de superación personal aún es más importante dejar atrás la idea de resultados inmediatos, porque esto solo va a llevar a desanimarnos. Los cambios son progresivos y van de la mano de la paciencia, por lo que también será importante desarrollar esta cualidad, aunque no venga de serie».
¿Qué nos aporta superarnos a nosotros mismos?
La coach asegura que «el primer beneficio es poner en marcha nuestra motivación interna para conseguir aquello que nos proponemos a pesar de los obstáculos que puedan surgir, porque los habrá. Marcarnos pequeños objetivos a conseguir y con ellos las acciones que haremos, se hace necesario para poder encender la chispa de la motivación. Siguiendo esta línea, la superación personal hace que empecemos a desarrollar otra forma de hacer las cosas para superar esos obstáculos. En este punto, la creatividad juega un papel muy importante, estar abierto a experimentar nuevas formas de afrontamiento y de resolución de problemas desde la curiosidad te aportará grandes beneficios que harán que aumente tu autoconfianza y tu capacidad».
Almarcha añade que la superación personal «nos ayuda a conocernos más. A descubrir realmente nuestro verdadero potencial, nuestras virtudes, destrezas, habilidades, nuestros puntos débiles y nuestros límites y, desde ese conocimiento, saber lo que estamos dispuestos a hacer para superar esos límites que, en algunas ocasiones, han podido ser autoimpuestos. El hecho de conocernos mejor nos lleva a saber pedirnos cuánto estamos dispuestos a arriesgar y a hacer, pero siendo honestos con nosotros mismos. Lo que nos ayuda también a tomar decisiones más conscientes sobre lo que realmente queremos».
Además, «nos ayuda a desarrollar la constancia, la paciencia, la perseverancia como valores que nos impulsan a mantener esa motivación ante un reto que, sabemos nos llevará cada día de nuestra vida». La coach apunta que «planteamos la vida en muchas ocasiones desde unos límites imaginarios, generados posiblemente desde un miedo a lo desconocido, que fundamentamos más con pensamientos que creamos que con experiencias que los evidencian. Y en esa imaginación nos perdemos y dejamos de ver todo lo que sí podemos llegar a hacer y, sobre todo a ser».
La coach concluye que «la superación personal no va de ponernos al límite poniendo en riesgo nuestra salud, sino de vivir la vida con la constante prueba y error, donde el error nos sirva para superarnos cada día y para lograr aquello que queremos, sabiendo que las situaciones no las podremos cambiar y que el verdadero cambio está en nosotros».
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