El felino, una de las joyas del museo del Hermitage de la antigua capital zarista, es sordo, pero casi infalible cuando se trata de elegir al ganador en el campo fútbol. «Le encanta el fútbol. Se pasa el día jugando a la pelota en los sótanos del museo», comentó la mujer durante la ceremonia que se celebró en el centro de prensa.
Con un porcentaje de acierto del 100 % en la Copa Confederaciones y del 75 % en el Mundial de Rusia, el gato blanco esperaba ansioso en el regazo que le sirvieran la comida en dos cuencos de metal, acompañados de las banderas italiana y turca.
Una de las dos cuidadoras que le acompañaban le dejó oler los dos cuencos y después lo depositó cuidadosamente en la mesa para que hiciera su elección.
La expectación era grande, pero la intriga duró apenas unos segundos. Aquiles optó sin dudarlo por la comida situada en el plato junto a la bandera transalpina.
Comió con tanta ansia la comida para gatos que algunos aventuraron que la victoria italiana en Roma será por goleada.
Debido a la sordera que sufre desde su nacimiento, Aquiles tiene los otros sentidos muy desarrollados y lo demostrará antes de los siete partidos que se disputarán en San Petersburgo, que acogerá seis encuentros de la primera fase y uno de los cuartos de final.
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