La Sección 3 de la Audiencia de Barcelona ha celebrado este viernes una vista por la nueva petición de Alves de salir de la cárcel mientras se investiga su causa por presuntamente agredir sexualmente a una chica en la discoteca Sutton de Barcelona, y fuentes presentes en la declaración han explicado que la defensa del jugador se ha ratificado en su última versión, según la cual mantuvo relaciones consentidas con la denunciante.
Alves está en prisión provisional desde el 20 de enero y desde entonces su abogado, Cristóbal Martell, ha pedido en varias ocasiones que el jugador salga en libertad, algo que tanto la instructora del Juzgado de Instrucción 15 como esta misma sala de la Audiencia de Barcelona han desestimado y, en los próximos días, el tribunal resolverá la petición que ha abordado este viernes.
Las otras veces que Alves ha pedido salir de prisión, los jueces lo han descartado, entre otros motivos, porque ven riesgo de que se fugue si sale en libertad hasta el juicio, a pesar de que él se había ofrecido a cumplir con medidas de seguridad como llevar una pulsera de geolocalización.
Los argumentos que la defensa ha expuesto este viernes entorno al arraigo de Alves y sus hijos en Barcelona intentan contrarrestar este riesgo de fuga que señalaron los jueces y, con el mismo propósito, la defensa ha presentado al tribunal documentos para demostrar que ha dado de baja cuatro de sus empresas en Brasil, algo a lo que la acusación particular --que representa a la denunciante-- resta relevancia porque el futbolista posee otras sociedades.
La abogada de la acusación particular, Ester García, ha argumentado que, si en pocos meses Alves ha tenido capacidad para empadronar a sus hijos en Barcelona y planificar escolarizarlos en la ciudad el próximo curso es porque tiene los recursos necesarios, que también podría usar para volver a cambiar de país si quisiera huir.
HUELLAS, CÁMARAS Y DECLARACIÓN
La defensa de Alves también ha incidido en las grabaciones de las cámaras de seguridad, que según su interpretación apoyan su versión, y en un informe que encargó a un detective privado sobre las imágenes.
Por su parte, la acusación particular ha tratado de desacreditar este informe señalando errores, mientras que la Fiscalía se ha centrado en la coherencia y la credibilidad de la declaración de la víctima.
La acusación particular también ha afirmado que las huellas que se encontraron en el baño donde se denunció la agresión no encajan con la postura que el futbolista relató al exponer su versión de que fue sexo consentido, y otro argumento de la acusación para no dejar en libertad a Alves hasta el juicio es que la investigación del caso ya está muy avanzada, y solo queda hacer una prueba pericial psicológica sobre la denunciante.
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