La Lazio sigue imparable hacia el título de Liga. Ayer logró una
importante victoria ante el Udinese lo que le permite mantener al
completo las aspiraciones a conseguir el título de Liga en su país.
El segundo clasificado en el Calcio, el Milan, también logró los
tres puntos y el acoso en la cabeza de la tabla es total y absoluto
para el equipo de Eriksson.
Esta circunstancia, unida a la disputa de la final de la Recopa
ante el Mallorca, motiva que la escuadra italiana se aísle por
completo del entorno y centre todo su empeño en ganar las dos
competiciones en las que está sumergida.
Por este motivo el conjunto romano se ha vuelto prácticamente
inaccesible. En las sesiones de trabajo la directiva sólo permite
que entren las cámaras por espacio de quince minutos en el
entrenamiento del jueves, el resto de la semana deben permanecer en
la sala de prensa. Los periodistas deben quedarse agrupados en uno
de los corners y la afición tiene que conformarse con ver a sus
ídolos desde uno de los fondos agolpados en una de las dos barreras
que separa la calle del césped de Formello.
A todo esto hay que unir que continúa imperando la ley del
silencio o silencio stampa, una ley que impide a los jugadores
hablar con los periodistas. El que rompa esta ley se arriesga a
pagar una fuerte multa y a ser visto por sus compañeros como un
esquirol. Con todas estas medidas la intención de la Lazio es
centrar única y exclusivamente su atención en las dos competiciones
que están en juego. .
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