Marcó el ritmo al inicio, se despegó de los que pudo e hizo una
selección que resultó definitiva, pues sólo el japonés Norick Abe
(Yamaha) fue capaz de seguirlo y cuando se dio cuenta de que desde
atrás venía embalado el español Àlex Crivillé (Honda), ávido de
agradar en su gran premio, saltó a la palestra, superó al nipón,
marcó la vuelta rápida y nuevo récord de la pista, y se marchó
inexorablemente en pos de su tercera victoria consecutiva.
Mientras, algunos de sus rivales erraban en lo mismo en que él
acertó, los planteamientos, la estrategia. O se iban al suelo o su
afán de no ceder demasiado terreno les hacía cometer un error que
les sacaba de la pista, como fue el caso de sus compatriotas Loris
Capirossi (Honda), que optaba al podio, o de Max Biaggi (Yamaha),
su más encarnizado y acérrimo rival. Mucho más claro, pero en su
caso la realidad es que ni siquiera le hace falta una planificación
previa, resultó la victoria de Daijiro Katoh.
El japonés de Honda, enmarcado en el equipo propiedad del
italiano Fausto Gresini, al que también pertenece el español Emilio
Alzamora, fue el más rápido en entrenamientos. Nadie ha rodado más
deprisa que él con una 250 c.c. en Jerez y en la carrera hizo
exactamente lo mismo. Salió, se marchó y venció. Sólo su
compatriota Tetsuya Harada (Aprilia) le aguantó un rato, pero sin
ninguna muestra de poder darle cumplida réplica. Su camino hacia el
título parece igual de indicado y claro que el de Valentino
Rossi.
Llegó como líder sólido y se marchará camino de Francia, en Le
Mans, dentro de quince días, una vez más como segundo. Tenía la
oportunidad de consolidar su liderato, ya que en entrenamientos
demostró ser el más rápido y falló en la carrera. Se llama Youichi
Ui y ayer se cayó de la Derbi para entregar el liderato a su
compatriota Masao Azuma (Honda), quien ya suma dos triunfos esta
temporada.
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