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JOSE ANTONIO DIEGO (EFE)
El griego Kostadinos Kederis, que inscribió su nombre en los anales del atletismo al ganar el año pasado la final olímpica de 200 metros en Sydney, volvió a marcar un hito histórico con su victoria en la final de los Mundiales, primera de un atleta de raza blanca en 8 ediciones del torneo. El triunfo de Kederis parecía alejarse cuando, al desembocar en la recta de meta marchaba ligeramente por detrás del jamaicano Christopher Williams y del británico Christiam Malcolm, pero en el último tramo sacó a relucir su potencia y llegó a la meta en 20.04 con casi dos metros de ventaja sobre Williams (20.20).

Los jueces examinaron con lupa la foto de llegada antes de rendirse a la evidencia de que no había forma de distinguir quién había llegado tercero. Kim Collins, natural de San Cristóbal y Nieves, y el estadounidense Shaun Crawford compartieron el tercer cajón del podio con la misma marca que el medallista de plata, un hecho inédito en carreras de alta competición. Dmitry Markov presentó sus credenciales como pretendiente del trono del «zar de la pértiga», Sergey Bubka. El australiano de origen ruso terminó venciendo con 6'05 pero estuvo a punto de pagar cara su osadía primera. Decidió reservarse con el listón en 5'55 y en 5'65 y sólo al tercer intento superó los 5'75 metros.

Markov, nacionalizado australiano en mayo de 1999 como Viktor Chistiakov, batió por 20 centímetros a otro atleta de origen ruso, el israelí Aleksandr Averbuj, que por concurso se llevó la plata pese a saltar 5'85, lo mismo que los tres atletas que le siguieron. Sergey Bubka, campeón en los seis primeros mundiales hasta que en Sevilla'99 fue destronado por el ruso Maksim Tarasov (ausente aquí por lesión), asistió desde el palco como directivo de la IAAF a la proclamación de Markov como tercer campeón mundial. Era el único miembro del club de los seis metros en la final.

La rusa Olimpiada Ivanova, que cumplió dos años de suspensión por dopaje tras obtener el segundo puesto en Atenas'97, ganó de cabo a rabo la prueba de 20 kilómetros marcha en la que el 35 por ciento (15 de 42) fueron descalificadas. Ivanova se puso en cabeza desde la salida y se fue alejando ante la mirada impotente de sus rivales.