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Miguel Vidal
El boxeo se encuentra desaparecido en combate, dicen que políticamente incorrecto, pero esto no justifica el espantoso manto de silencio que ha rodeado la muerte de Manuel Correa Pinazo, una de las grandes figuras del pugilismo español de los años cincuenta y al que nadie, salvo Ultima Hora , ha dedicado ni siquiera unas líneas. Así es el sino de esta tierra, que no aprecia a sus hijos en vida y les desprecia en la muerte. Murió una leyenda de las doce cuerdas, murió el púgil al que Fernando Vadillo llamaba «puños de acero», pero nadie parece haberse dado por enterado.

Fuera de la familia, sólo Tomeu Sbert, bajo cuyo mandato la Federación Balear de Boxeo floreció un poco, derramó unas lágrimas ante la sensible pérdida de un púgil que escribió grandes páginas para el deporte español en general y el deporte mallorquín, en especial. Porque aunque Manuel Correa Pinazo había nacido en Valencia el 1 de enero de 1930, era mallorquín a todos los efectos. Aquí vino a hacer el servicio militar en 1951, se prendó de Palma, se casó con una palmesana, María Sastre Vila, que le ha dado tres hijos (Jaime, Antonio y Manuel), y aquí hizo su vida desde entonces. Cincuenta años justos, desde 1951 al 2001, ha ejercido por lo tanto de mallorquín.

Manuel Correa Pinazo se mantuvo en el primer plano del boxeo español la friolera de once años como profesional. Debutó en Valencia el 7 de noviembre de 1951 con triunfo ante Navarro Román y se retiró en Bilbao ante Carmelo Beraza el 10 de febrero de 1962. Tanto en la categoría de los pesos welter como en las del peso medio Correa disputó ciento cincuenta y un combates, de los que ganó ochenta y siete, perdió treinta y siete e hizo diecisiete combates nulos. Su primer combate en Palma lo disputó el 19 de octubre de 1952 ante Martínez Pascual, un boxeador catalán que se vería obligado a abandonar en el cuarto asalto: Manuel Correa salió hecho un ciclón para agradar a su nuevo público, que muy pronto lo adoptó como ídolo junto con Tomeu Martí Amengual «Martí III», de Sóller.

Manuel Correa subió en doce ocasiones al cuadrilátero para disputar el título de campeón de España. En seis oportunidades con la corona de los welter en juego y otras seis con la de los pesos medios. De estas doce oportunidades, en seis se proclamaría campeón de España ganando a Orozco (1954), Ben Buker (1955), Salcedo (1955), Mena (1957), Vicente Sierra (1958) y Ortega (1958). Con Manuel Correa ha desaparecido una leyenda. El boxeo, aunque se encuentre desaparecido en combate, tiene que estar necesariamente de luto. Muchos aficionados merecen saber que nos ha dejado una gran figura.