España jugó los treinta minutos extras con un hombre menos
porque David Albelda, que había salido al terreno de juego en la
recta final del partido, se lesionó cuando Camacho ya había
efectuado los tres cambios.
El entrenador español se quejó del penalti que significó la
igualada a un tanto de los irlandeses en el minuto 89, por un
agarrón de Fernando Hierro a Quinn. «Un árbitro no puede pitar una
cosa así en el minuto 89 y en un Mundial», aseguró Camacho. El
técnico del equipo español destacó que en la segunda mitad el
equipo irlandés «metía muchos balones arriba». «Y nos pitaban
muchas faltas. Vi que iba a ser muy difícil conseguir la victoria
pero nunca creí que nos fuesen a empatar», añadió.
Camacho también reconoció que vivió el tramo final del encuentro
con muchos nervios, aunque precisó que estaba siempre de pie
«porque tenía que intentar dirigir a los jugadores». «Nos jugábamos
mucho como para estar tranquilos», subrayó. «Ellos jugaban con
muchos balones en largo y teníamos que intentar controlar los
rechaces porque de lo contrario nos metían en nuestra área»,
explicó el seleccionador español.
Camacho también destacó que había «reservado al mejor
especialista» en los lanzamientos de penalti del equipo español,
Gaizka Mendieta, «para el último tiro». «Y hemos tenido suerte en
ese sentido», apostilló.
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