TW
0

Efe|BASILEA
El centrocampista francés Zinedine Zidane fue elegido mejor jugador del año de FIFA, por delante de su compatriota Thierry Henry y de su compañero de equipo el brasileño Ronaldo, en la gala que anual que la Federación Internacional de Fútbol celebra en Basilea. Zidane, de 31 años, ya obtuvo esta distinción en 1998 y 2000 y con el premio de hoy se convierte, junto a Ronaldo, en el único que la ha ganado tres veces. El brasileño recibió este galardón en 1996, 1997 y 2000. Según los votos de los seleccionadores del mundo Zidane ha obtenido 264 votos, el delantero del Arsenal Thierry Henry 186 y Ronaldo 170. Zidane ha ratificado este año que es uno de los grandes, con un fútbol elegante, unánimemente elogiado, con el que guía los designios del Real Madrid y de la selección francesa, que se ha clasificado para la fase final de Portugal 2004 después de 'barrer' en su grupo, tras su fracaso en el Campeonato del Mundo de 2002.

El premio de FIFA es uno más en la carrera del jugador francés, calificado en algunos medios como «el modesto superestrella», que vive su tercera temporada en el Real Madrid, al que llegó procedente del Juventus italiano para convertirse en el segundo fichaje estelar de Florentino Pérez tras la incorporación de Luis Figo cuando alcanzó la presidencia. Zidane, natural de Marsella y de origen argelino, acumula en su palmarés un campeonato del Mundo en Francia'98, un campeonato de Europa en 2000, una Liga de Campeones, dos Supercopas de Europa, dos Copas Intercontinentales, una Liga y dos Supercopas de España, y dos Ligas italianas y una Supercopa de Italia.

Zidane, casado y padre de tres hijos, consiguió también el Balón de Oro que otorga anualmente la revista France Football en 1998, cuando era jugador del Juventus, año en que su equipo perdió la Liga de Campeones ante el Real Madrid. Otros dos jugadores blancos aparecen entre los diez primeros, ya que Roberto Carlos quedó en quinto con 105 votos y Raúl González fue octavo con 39. El mallorquinista Samuel Etoo logró dos votos, de la mano del seleccionador del Marruecos, Ezaki Badou, y su homólogo angoleño, Oliveira Gonçalves.