Drac Inca desafía esta tarde la tendencia de una clasificación que
ha vuelto a desnudarle. Después de mostrar síntomas preocupantes
durante toda la primera vuelta, el quinteto balear se asoma a la
segunda parte del campeonato con el propósito de alterar unos
números que por el momento son insuficientes. Con el agua al cuello
y acariciando el «farolillo rojo» de la categoría, los isleños no
pueden permitirse otro paso en falso y la llegada del Melilla al
Palau (18.30 horas) se presenta como una seria amenaza que puede
suponer un nuevo azote al malherido proyecto gualdinegro.
Por si fuera poco, el conjunto mallorquín no ha trabajado a
pleno rendimiento durante la semana y podría llegar a acusarlo en
algunas fases del juego porque tres de sus hombres fundamentales
permanecerán bajo la sombra de la duda hasta que el encuentro se
ponga en marcha. Bulfoni padece un pequeño esguince del ligamento
lateral externo de su rodilla, mientras que Jesse Young sufre una
tendinitis en el hombro y Sergio Rodríguez se ha perdido varios
entrenamientos a causa de un virus estomacal. Aún así, ninguno de
ellos está descartado para comparecer hoy sobre la pista.
El Melilla se ha convertido en un adversario directo del Drac
Inca y por eso el resultado de esta tarde ha cobrado más
trascendencia de la habitual. En el nacimiento de la competición,
el cuadro norteafricano noqueó a la escuadra de Es Raiguer (95-83)
y lo que depare el enfrentamiento directo entre ambos puede
resolver un posible empate a final de curso. Los melillenses
estaban dando forma a una campaña marcada por la irregularidad,
pero sus últimos compromisos han disparado la mentalidad de su
vestuario. Llega a la cita tras acumular tres víctimas de forma
consecutiva -Ourense, La Palma y Tarragona- y quiere prolongar su
éxito en Inca aprovechando la confusión que reina en el Palau.
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