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NUMANCIA CAJA DUERO 2
ARONA TENERIFE 3

NUMANCIA CAJA DUERO: Manuel Silva, Sevillano, Eatherton, Flores, Nicola y Larry Creus. Líbero: De Miguel. También jugaron De Amo, Rivera y Chaso.

ARONA TENERIFE: Koskie, Giani, Brinkman, Peralta, Eugenio y Thomas Ereu. Líbero: Antolín. También jugaron Kavalenka, Néstor, Guillermo Martínez y Javi Luna.

Àrbitros: Riveros (Comité Murciano) y Turrión (Comité Balear).

Parciales: 25-17 (23 minutos), 20-25 (24 minutos), 19-25 (29 minutos), 25-19 (20 minutos) y 22-24 (22 minutos).

Incidencias: Partido disputado en el Palau d'Esports de Son Moix. 2.100 espectadores.

Àngel Aguiló

El Arona Tenerife se alzó con la Copa tras doblegar al Numancia en una final vibrante, que necesitó de cinco sets y casi dos horas de juego para elegir campeón. La primera manga del choque fue un monólogo de los sorianos. El conjunto de Ricardo Maldonado se sentía cómodo sobre la cancha de Son Moix. La sociedad formada por Alfonso Flores y Jerónimo Nicola fue mortal para el Arona. El conjunto de Jaime Barros se veía incapaz de parar el vendaval de juego que se le echaba encima. Además, los canarios se mostraban inoperantes en el servicio, lo que acabó por decantar rápidamente el set para el Numancia (25-17).

En el segundo acto, el Arona despertó. Amparándose en un servicio demoledor de Gastón Giani, los tinerfeños se hicieron con el control del electrónico. El primer tiempo técnico delataba ya una ventaja de 5-8 que sería sintomática. El Numancia siempre fue a remolque de un equipo crecido. Alfonso Flores perdió la visión panorámica del partido, lo que dificultó el ataque de los suyos, que a la vez se veían incapaces de defender como lo habían hecho en el primer set. Así, Arona igualaba el choque (20-25). Los de Jaime Barros empezaron a creerse capaces de alzarse con el título. En el tercer acto, vapulearon al Numancia. El Arona lo hacía todo perfecto. El venezolano Thomas Ereu era una lanzadera de precisión en ataque, mientras que Brinkman y Giani exasperaban a Nicola y compañía con un bloqueo insuperable. La exhibición canaria se saldó con el 19-25 que ponía el encuentro franco.

Pero estamos hablando de la gran final y de un Numancia grande. Cuando parecía muerto, el conjunto castellano se levantó. Nicola despertó a sus compañeros. En la cuarta manga, con desventaja de 5-8, el argentino plantó tres bloqueos al Arona que igualaron el set a 8. Después, se pasó al 9-8 y a partir de ahí siempre con ventaja en el marcador hasta llegar al 25-19 que forzaba el «tie-break». El quinto set no decepcionó. Fue espectacular. Los dos equipos se aferraban con fuerza a la Copa. El Arona comenzó con fuerza, llegó a colocarse con 2-5. Pero el Numancia rápidamente secó la ventaja. La manga avanzaba con diferencias de un punto como máximo. Excepto en el 9-11. Pero los de Soria volvieron a igualar (11-11). Y así, intercambiando puntos en una tensión descomunal, salvando bolas imposibles con defensas increíbles, se llegó al 22-22.

Ahí, el Arona dio el golpe y se hizo con los dos puntos necesarios para finiquitar la final y alzarse con la Copa. El conjunto tinerfeño consiguió así el primer título de su historia, tan sólo tres años después de ascender a Superliga. Para su técnico Jaime Barros no fue el primero. Con la de ayer, suma doce copas del Rey en su palmarés, ocho como jugador y cuatro como técnico. Las más de 2.000 personas que presenciaron el encuentro celebraron con pasión el triunfo del Arona. En parte por Jaime Barros, el ex más ilustre de Son Amar, y en parte porque con la derrota del Numancia, el honor del Son Amar quedaba intacto. Nadie quería que el verdugo de los mallorquines se llevara la Copa.