Una afición volcada, un estadio entregado y noventa minutos que
marcan toda una temporada. El Mallorca tiene el viento a favor para
seguir escalando y facturar la permanencia. El grupo de Luis recibe
al Málaga con la autoestima reforzada por la victoria del pasado
domingo en el Nuevo José Zorrilla y dispuesto a encadenar dos
victorias consecutivas, una racha triunfal que no logra desde la
primera vuelta. Son Moix escenifica un drama entre dos equipos que
se adentran en el tramo definitivo del torneo con los objetivos
cruzados. El descenso y la UEFA se cruzan esta tarde en un capítulo
de la Liga que marca el futuro. El Mallorca se juega la vida. El
Málaga, la posibilidad de seguir aspirando a jugar la próxima
campaña en competición europea. Es la sensible diferencia con la
que ambos equipos afrontarán un encuentro de carácter definitivo en
una recta final que no admite segundas oportunidades. Sobre todo en
el caso de los mallorquinista, un equipo que pierde en Son Moix el
aire que coge a domicilio y que sigue notando en su espalda el
calor que desprende el infierno.
El equipo de Luis afronta el duelo como si se tratara de «la
final de la Copa de Europa», según palabras del técnico de
Hortaleza. La victoria supondría dar un paso casi definitivo en la
lucha por la salvación (42 puntos). El empate o la derrota tendría
efectos mucho más tangibles porque supondría quedarse a merced del
destino, bajo la amenaza real del descenso, con Real Madrid,
Espanyol y Celta en el horizonte. Luis volverá a modificar su once
por motivos médicos o disciplinarios. El entrenador del Mallorca
lamenta especialmente la ausencia de Fernando Correa. El Petete,
que se destapó en Zorrilla con dos goles de lujo que cerraron la
victoria, cayó lesionado entre semana en el amistoso disputado con
su selección en Getafe. La ausencia del charrúa coincide con su
mejor momento en la isla. Apartado de los focos del área, Correa ha
sorprendido desde la banda izquierda y sus apariciones han
desembocado en goles notables. Marcó ante el Depor (4-2) en el
último triunfo isleño en casa (el pasado 14 de marzo) y selló un
doblete en Valladolid que puede valer una permanencia.
Para taponar la hemorragia de la izquierda -a la lesión de
Correa se suma la sanción de Poli-, Aragonés tirará de Edu Moya
para la defensa y apostará por... Alejandro Campano como interior
zurdo. El resto del once será un calco del que venció en
Valladolid, con Leo Franco en la puerta, Cortés, Niño y Lussenhoff,
además de Edu Moya, en defensa; Marcos y Pereyra en el doble
pivote, con Finidi y Campano en las bandas, Etoo en la mediapunta y
Delibasic como faro ofensivo. Esperarán su oportunidad en el
banquillo Miki Garro, Toni González, Ramis, Nadal, Jesús Perera y
Arnold Bruggink, que regresa a la lista tras varias semanas en el
ostracismo. Nagore y Colsa, por cierto, verán a sus compañeros
desde la grada una semana más. Edu Moya regresa al once cuatro
semanas después, desde aquella tarde de Murcia en la que el
Mallorca paseó su tristeza. Desde entonces, Edu Moya no ha vuelto a
dar señales de vida. El propio jugador reconoció esta semana que
quizás su actuación en La Condomina, donde fue superado por Luis
García, ha podido influir en su salida del once. Incorporado en el
mercado invernal, su adaptación en la caseta ha sido notable y es
probable que su estancia en la isla se prolongue si Mallorca y
Tenerife llegan a una acuerdo.
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