Vivancos, que llegó a Almería con una marca personal de 6.75, se
erigió en la figura estelar de la primera jornada de los
campeonatos junto a un renacido Reyes Estévez que en las
semifinales de 1.500 sacó a relucir su autoridad y dio la impresión
de haber recuperado la chispa de sus mejores tiempos.
El estadio Mediterráneo, que acogerá en 2005 la competición de
atletismo de los XV Juegos Meditarráneos, resultó propicio para un
Vivancos que en los diez últimos días, tras conocer que su récord
del 18 de julio en Vitoria (13.41) no será homologado por un
defecto de alineación de la cámara de meta, había perseguido con
ahínco la marca mínima necesaria para acudir a los Juegos
(13.55).
Lo intentó en semifinales, pero el viento cambiante le fue
contrario. Tres horas después, en la final, enganchó una racha
favorable de 1,6 metros, partió con agresividad y paró el
cronómetro en 13.49, tercera mejor marca española de la historia.
El objetivo estaba cumplido. El récord de Moracho tal vez deba
esperar al año próximo.
Enrabietado
Felipe Vivancos aseguró que había venido a Almería «enrabietado»,
tras conocer que su récord del 18 de julio en Vitoria no será
homologado. «Desde que me dijeron que no sería homologado, he
estado buscando carreras desesperadamente para hacer la mínima. No
es que fuera una injusticia, porque si hubo un error el récord no
me pertenecía, pero en aquella carrera estoy seguro de que hice la
mínima, por debajo de 13.50», recordó el deportista pitiuso,
decimocuarto balear en los Juegos de Atenas.
Tras dedicar su título a su familia y a su entrenador (Luis
Miguel Calderón), que a su juicio «se ha comido todos los
marrones», Vivancos señaló que había estado toda la temporada
intentando bajar de 13.70. «Y ahora, de pronto, bajo a 13.49. En
esto del atletismo nunca se sabe».
Con respecto a su récord «fantasma», reconoció que la anulación
le había molestado al principio. «Siempre duele. Al principio te
quedas hundido, pero soy bastante frío y seguí entrenándome para
ganarme el puesto en el equipo olímpico. El récord caerá cualquier
día. El propio Moracho me dijo que estuviera tranquilo, que un día
u otro saldría la marca».
«Ahora», añadió Vivancos, «tengo que recuperarme físicamente. He
gastado demasiados cartuchos buscando la marca mínima y se nota en
las fuerzas. Espero estar recuperado para Atenas».
Vivancos se ha dedicado por completo este año al atletismo. «Ya
empiezo a ver los frutos», concluyó Vivancos. Menos suerte tuvo su
compañera Mar Sánchez, que en salto con pértiga no pudo obtener
plaza para los Juegos Olímpicos de Atenas.
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