Vicenç Grande no quiere que su proyecto para retirar las pistas de
atletismo de Son Moix se quede aparcado en un cajón. El presidente
del Mallorca se niega a que su club siga creciendo a nivel social y
está dispuesto a mover todas sus piezas para conseguir los primeros
avances. En esa dirección, la primera meta que se ha marcado el
promotor inmobiliario es adaptar el estadio del Camí dels Reis a
las verdaderas necesidades de la SAD isleña y con ese propósito,
pretende obtener el mayor número de apoyos posibles entre la clase
política.
Ayer, en un nuevo paso hacia la solución definitiva, Grande se
reunió con el portavoz de Esquerra Unida-Els Verds (EU-EV) en el
Ajuntament de Palma, Eberhard Grosske, y ambos coincidieron en la
necesidad de reformar la instalación para acabar con una larga
lista de problemas que han sido constantes durante las últimas
temporadas.
Durante el encuentro, Grande aseguró que «se trata de que el
Mallorca tenga un verdadero campo de fútbol y no un estadio
olímpico», mientras que Grosske recordó que la situación actual es
incómoda para todos y que es necesario llegar a un acuerdo
razonable para todos. Ambos coincidieron en que las pistas le
restan espectadores al estadio y que dificultan la creación de un
clima ambiental favorable a los rojillos.
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