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El vestuario del Real Mallorca desprendía un aroma de resignación tras el encuentro. La efectividad del Valencia y la falta de puntería local hurgaron en la herida de la caseta tras haber sufrido su segunda derrota en el ONO Estadi.

Uno de los primeros en desfilar por la zona mixta, menos concurrida de futbolistas que en partidos precedentes, fue Borja Valero. El centrocampista madrileño lamentó la mala suerte de cara a portería: «Lo hemos intentando de todas las maneras posibles, pero no ha podido ser. Salimos a por ellos desde el primer momento, sin perderle nunca la cara al duelo, pero ellos mostraron su pegada. Es lo que tienen los equipos grandes. Llegaron dos veces y marcaron dos goles».

Lux, uno de los protagonistas negativos de la entrega por su error en la acción que desembocó en el 0-1, apeló a la calma: «Nos queda un sabor amargo por la derrota porque hicimos bien las cosas, pero ellos golpearon no en el momento justo, sino cada vez que se aproximaron. Cuando sucede esto en el fútbol es muy difícil ganar. No obstante, lo más preocupante sería no crear ocasiones».

Al respecto del primer tanto, en el que no midió bien el centro de Miguel, el argentino expuso: «El centro le pega a Jonás, que levanta la pelota, hace una parábola y, en el segundo palo, remató Morientes. ¿Suerte? El fútbol tiene un poco de azar, pero hay que estar tranquilo y seguir por esta línea, paso a paso. Es un arranque muy bueno para nosotros».

Dani Güiza, el más activo en ataque, no encontró ayer el camino del gol: «La pelota no ha querido entrar. Ellos llegaron dos veces y marcaron dos goles. No ha habido manera a pesar de que lo intentamos de todas las formas posibles. Lo único que hay que hacer es entrenar duro para ir al Bernabéu a intentar sumar algún punto. Hoy no hemos bajado los brazos en ningún momento y ojalá en Madrid entre la pelota».

También Juan Arango dio la cara ante los medios. El venezolano señaló la acción del 0-1 como la clave del encuentro: «Ese gol fue inesperado y supuso un mazazo para todos porque se produjo en los últimos minutos del primer tiempo. Ese gol nos hundió porque habíamos gozado de muchas oportunidades. Después, el 0-2 llegó cuando nos estábamos acercando. Personalmente dispuso de alguna ocasión de gol, sobre todo con un cabezazo que Güiza remató sin percatarse de mi presencia».

Arango acumulaba cinco goles en los tres últimos partidos disputados por el Mallorca en su estadio.