Javier Aguirre, entrenador del Real Mallorca. | CATI CLADERA

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El Real Mallorca cosechó el mismo resultado negativo 3-0 que el cosechado hace tres jornadas ante el Almería, pero el semblante de Javier Aguirre era bien distinto, mucho menos enfadado, reconociendo las circunstancias que habían decidido el choque. «El partido se ha acabado pronto y nuestras ilusiones se han desvanecido en los primeros 20 minutos con el gol en el primer minuto y la expulsión (de Amath)». El técnico mexicano admitió que «ni el más osado pensaba que se podía remontar este partido con 10». Aguirre volvió a recordar el partido contra los andaluces. «Ese día la actitud del equipo no fue la ideal ante un equipo que es de nuestro nivel, de nuestra liga. Hoy (por ayer) no tengo nada que reprochar a mis jugadores».

Para el míster del Mallorca, el encuentro tenía todos los componentes para que se desencadenara la «tormenta perfecta». «Era el último partido en el estadio antes de la remodelación, se despedían dos leyendas del club como Busquets y Jordi Alba y el equipo venía de dos derrotas». Aguirre recordó que, aunque la expulsión de Ndiaye había sido una de las claves del encuentro, en la jugada anterior el Mallorca había estado cerca de crear mucho peligro en una acción protagonizada por el propio jugador senegalés.

En la pasada temporada, a falta de una jornada, el Rea Mallorca tenía 36 puntos y se jugaba la permanencia. «Ahora estamos con 47 puntos, 11 más, y creo qu3e la temporada se puede calificar de muy buena», explicó Aguirre quien añadió: «Sería muy bonito llegar a la cifra de 50 puntos con nuestra gente».