Imagen de los seguidores kosovares que se desplazaron hasta la Isla para ver en directo a Muriqi, su ídolo, en el partido entre el Mallorca y el Rayo Vallecano. | RCD Mallorca

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Prizrem es una ciudad histórica de Kosovo con una población que ronda los 200.000 habitantes. Situada al sur del país, cerca de la frontera con Albania y Macedonia del Norte, es la segunda ciudad más importante de Kosovo... y allí nació Vedat Muriqi. El actual delantero del Mallorca, como la mayoría de sus compañeros de quinta, no tuvo una infancia fácil por culpa de la guerra que azotó su país a finales de los 90. Dejó el colegio y con apenas ocho años ya limpiaba vasos en el restaurante de su tío. Trabajaba y jugaba a fútbol. Su ambición y su esfuerzo le han convertido en uno de los ídolos de su selección y del Mallorca y en el hijo ilustre de Prizrem.

Dos paisanos de Muriqi no dudaron en pegarse una paliza de casi 6.000 kilómetros (2.910 ida más 2.910 de vuelta) desde Prizrem hasta la Isla, previo paso por Barcelona, para presenciar en directo el encuentro que el Real Mallorca disputó el pasado domingo ante el Rayo Vallecano en Son Moix.

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Fue el propio futbolista el que desveló la noticia en los medios oficiales del club. «Un chico que está allí (señalando a la grada) vino desde mi ciudad solo para ver el partido. Esta noche o mañana ya se va. Creo que son más de 2.000 kilómetros y allí está con la camiseta especial que ha hecho», relataba emocionado el futbolista al finalizar el encuentro.

Muriqi, agradecido con el detalle, no dudó en acercarse hasta la grada, donde los seguidores estaban esperándole emocionados, para darle las gracias por el esfuerzo y entregarle su camiseta como recuerdo. Se da la circunstancia que el delantero kosovar reaparecía después de un mes en el dique seco por culpa de una lesión y que fue el autor del gol de la victoria, además de ser elegido el MVP del partido. A buen seguro que para los paisanos que se desplazaron hasta la Isla exclusivamente para ver de cerca a su ídolo, el esfuerzo valió la pena.