Las visitas al paseo marítimo de Yeda por la noche. | VisitSaudí

TW
2

Yeda es la nueva tierra prometida del Real Mallorca. La distancia con respecto a la isla (cuatro mil kilómetros) y la dificultad que supone llegar y penetrar en este punto del mapa han impedido un desplazamiento masivo de aficionados, pero aun así el equipo de Jagoba Arrasate no estará solo. Un centenar de aficionados y otro formado por amigos y familiares de la plantilla del cuerpo técnico pueden disfrutar mientras llega el partido contra el Real Madrid de una ciudad peculiar, enorme y encantadora a partes iguales en la que no faltan los rincones sorprendentes.

La ciudad, situada a orillas del Mar Rojo, es la segunda más importante de Arabia tras su capital, Riad, y además de poseer uno de los puertos con más tráfico y peso de todo Oriente Próximo, es el hogar de más cuatro millones de personas. Una urbe infinita de distancias gigantescas y un tráfico interminable en el que los horarios tienen poco que ver con los europeos.

El lujoso Jeddah Hilton Hotel está a tan solo 7 minutos andando del paseo marítimo.

Las altas temperaturas que se registran en la mayor parte del año obliga a que las mayoría de actividades de la vida cotidiana se aplacen hasta que cae el sol. Por eso no es extraño ver a niños jugando en los parques a las once de la noche, restaurantes abiertos pasada la medianoche o largas filas de coches recorriendo las autopistas que rodean la ciudad casi de madrugada. Y en esta época, aunque el calor no aprieta como en verano, la humedad está muy presente y el termómetro anda siempre más cerca de los treinta grados que de los veinte.

Noticias relacionadas

Yeda es la puerta de entrada a La Meca (la ciudad santa del islam está a solo 65 kilómetros al este), desde la que parten la mayoría de los peregrinajes, y a su vez, uno de los principales centros turísticos de Arabia gracias a su inabarcable costa y a las playas que la envuelven. El paseo marítimo y el centro histórico, Patrimonio de la Humanidad, son algunos de los focos de atracción más llamativos para los pocos seguidores españoles que han viajado a la Supercopa. Otro son los malls, mastodónticos centros comerciales en los que se concentran cientos de franquicias y firmas de todo el mundo. Además, ayudan a los ciudadanos a protegerse del sol y el sofoco. El aire acondicionado, como en casi todos los interiores de la ciudad, funciona a su máximo nivel y golpea de lleno a las gargantas de los viajeros más sensibles.

Así es el Circuito de Yeda, a orillas del Mar Rojo

También es una ciudad vinculada al deporte. Acoge, entre otras cosas, un Gran Premio de Fórmula Uno y será mundialista en 2034 con ese mismo estadio en el que estos días se juega l torneo español, con unas instalaciones espectaculares y unas gradas con capacidad para acoger a más de 62.000 espectadores. Eso sí, aquí domina un color entre los locales: el blanco.

La afición al Real Madrid es muy superior incluso a la del Barcelona y algunos de los integrantes de la expedición ya lo comprobaron este martes sin salir del aeropuerto internacional King Abdulaziz. No eran pocos los guardias y ciudadanos árabes que al comprobar que viajaba gente de Mallorca les recordaban, a modo de broma mediante gestos y sonrisas, que este jueves les tocada perder contra 'su' equipo. Por supuesto, Yeda también es la casa del Al Ittihad, el equipo que dirige Laurent Blanc y en el que juegan Ngolo Kanté, Karim Benzema y, sobre todo, el exmallorquinisra Predrag Rajkovic.

El interior del hotel Jeddah Hilton, donde se encuentra alojado el Real Mallorca.

Aunque los precios de la comida o el transporte (motivado por la abundancia del petróleo) son asequibles, la ciudad esconde rincones en los que el lujo asiático se lleva a la máxima expresón. Seguro que el Hilton Jeddah Hotel, donde se aloja estos días el Mallorca, es uno de ellos. Además de contar con palmeras e impresionantes cascadas en su interior, impacta y cautiva a primera vista. Y tomarse un café en alguno de sus majestuosos salones puede costarte lo mismo que una cena completa en otro punto de la ciudad: 28 riales un espresso simple (más de 7 euros al cambio) y 46 uno de doble (más de 11 euros). Una cantidad que algunos seguirán pagando con gusto si eso implica que el Mallorca llegue a la final del lunes y pelea por reabrir las vitrinas de Son Moix con el tercer título de su historia.