Más de 120 personas participan en la plantación del Bosque de los Zaragozanos en el campo de maniobras de San Gregorio

En esta ocasión, las familias del colectivo del Ejército de Tierra, de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional han plantado árboles, junto a jóvenes de Scouts de Aragón.

La consejera de Servicios Públicos y Movilidad en el Ayuntamiento de Zaragoza, Natalia Chueca, ha agradecido al Ministerio de Defensa la cesión de los terrenos, puesto que se trata de la primera institución que ha querido sumarse a este proyecto al conocerlo.

En este sentido, Chueca también ha subrayado la importancia que tiene en la ciudad de Zaragoza el cuerpo militar, así como las más de cuatro mil familias que viven en la capital aragonesa y se dedican a la labor de las Fuerzas Armadas.

«El Bosque de los Zaragozanos sigue creciendo con la colaboración de escolares, ciudadanos particulares, asociaciones y empresas, a quienes se han sumado este domingo las familias de los militares de Defensa, de Guardia Civil y de la Policía Nacional y también jóvenes de Scouts de Aragón», ha detallado la consejera municipal.

"sumar entre todos"

Natalia Chueca ha considerado que estas aportaciones refuerzan el ADN de este proyecto, «que es sumar entre todos, colaborar y disfrutar de estas jornadas de plantación, a la vez que dejar un legado para las siguientes generaciones».

Ha recordado que el espacio en el que se ha llevado a cabo la plantación, en el campo de maniobras de San Gregorio, debe su disponibilidad al acuerdo de colaboración institucional firmado hace casi un año entre el Ministerio de Defensa y el Ayuntamiento de Zaragoza.

«Es un privilegio poder plantar estos árboles, tener un bosque en este en este espacio y además con estas vistas que rodean a la ciudad de Zaragoza», ha apostillado la responsable municipal de Servicios Públicos y Movilidad.

Por su parte, el coronel jefe del Centro de Adiestramiento (CENAD) San Gregorio, Alfredo Penón, ha manifestado que la jornada de plantación es «un motivo de alegría», porque los niños y jóvenes intervienen en un «proyecto de envergadura, colaborativo y que educa medioambientalmente».