El coordinador general de LAB Igor Arroyo ha advertido este lunes, 1º de Mayo, que «los cambios no van a venir de una mesa de diálogo social, sino de la lucha» y ha denunciado que las políticas públicas «no se hacen teniendo en cuenta» a la clase trabajadora, que es «la mayoría social del país», por lo que apuesta por aumentar «la presión» y ha llamado a «organizar luchas intersindicales» para «ganar el pulso» a la patronal y a «disputar todos los espacios» en los centros de trabajo, la calle y las instituciones.
Arroyo ha participado este lunes, 1º de mayo, en la manifestación convocada en Bilbao por el sindicato LAB, que se ha movilizado también en Vitoria-Gasteiz y Baiona bajo el lema «Egiteko beste mundo bat. Repartir para transformar».
En su intervención, Igor Arroyo ha defendido «un nuevo mundo en el que todos los pueblos sean libres e iguales, un nuevo mundo en el que todas las personas sean libres e iguales» y, en ese sentido, ha reafirmado el compromiso «internacionalista y antiimperialista» de LAB y ha expresado su solidaridad «con los trabajadores del mundo que sufren la guerra y el saqueo imperialista».
Asimismo, ha expresado el compromiso del sindicato «con la lucha contra el modelo de desarrollo que está provocando el desastre ecológico en todo el mundo» y se ha comprometido a «organizar y defender a los trabajadores que vienen a Euskal Herria desde diferentes rincones del mundo».
"recortes"
Arroyo ha denunciado que la clase trabajadora «está sufriendo un nuevo recorte en sus condiciones de trabajo y de vida». «Suben los precios y no los salarios. Aumentan las necesidades de cuidados pero no los servicios públicos para atenderlas», ha criticado, para poner como ejemplo Osakidetza.
Según ha señalado, «la pandemia demostró la importancia de un sistema público de salud fuerte y, ahora, en vez de ponerse manos a la obra, Osakidetza nos plantea un centro de salud virtual, una asistencia sanitaria en diferido. ¡Vaya tomadura de pelo! Llueve sobre mojado».
Sobre la subida de precios, ha dicho que «se utilizan diferentes pretextos, como la crisis financiera, la pandemia o la guerra en Ucrania», pero «el verdadero motivo es el mismo, la avaricia patronal, la avaricia del capital».
Ante ello, ha insistido en la necesidad de «abrir una nueva fase de lucha» y «multiplicar las luchas sindicales» y, según ha destacado, «esa fase de lucha ya se ha abierto y los datos son contundentes: más de la mitad de las huelgas que se han producido en el Estado español se han realizado en Hego Euskal Herria».
Tras subrayar que detrás de los datos «están las personas, los procesos de empoderamiento, la organización y la acción sindical de miles de personas», ha asegurado que «los cambios no van a venir de una mesa de diálogo Social, sino de la lucha, y no van a venir de Madrid, sino de Euskal Herria».
En ese sentido, ha advertido que «se deben respetar las mayorías sindicales que existen en Euskal Herria y en cada sector» y ha remarcado que «la gente de LAB sabe que hay que predicar con el ejemplo» porque «las huelgas no solo se convocan, también se preparan y se hacen».
Tras afirmar que «para ganar el pulso a la patronal hay que organizar luchas intersindicales», Arroyo ha precisado que el objetivo de la acción sindical «no es sacar réditos como sindicato, sino avanzar como clase».
Según ha asegurado, LAB «representa al nuevo sindicalismo vasco» en el que «la palabra y la acción van de la mano». El sindicato se está «acercando a sectores precarizados» porque «hay que hacer sindicalismo social». «Y en eso estamos, junto con los movimientos sociales, como es el caso del movimiento que ha llamado a la huelga general feminista, convocatoria a la cual LAB ha decidido unirse».
En LAB, ha dicho, no se conforman con «mejorar las condiciones laborales», sino que quieren «disputar el modelo», por lo que están trabajando para «materializar en Euskal Herria cambios que no son posibles ni en Madrid ni en París» porque, según ha apuntado, «el reto no es solo reivindicar el independentismo, sino ponerlo en práctica».
Así, ha abogado por poner en marcha «iniciativas concretas para las relaciones laborales y protección social», así como «articular un marco sindical, social y político que tenga la voluntad de construir la República vasca, cada cuál desde su autonomía, configurando una agenda compartida para el cambio social y político».
Arroyo ha señalado que «la clase trabajadora somos la mayoría social de este país», pero «las políticas públicas no se hacen teniendo en cuenta esta realidad» y «el lobby patronal condiciona continuamente las políticas económicas, presiona para privatizar más ámbitos y bloquea la reforma fiscal».
Según ha defendido, «es hora de terminar con esta situación antidemocrática» y la clase trabajadora «debe hacerse valer, debe articular y ejercer su poder».
Por ello, ha dicho que LAB aumentará la presión por «el reparto del empleo, de los cuidados y de la riqueza» y ha llamado a «sumar fuerzas, desde los centros de trabajo, en las instituciones y desde la calle para construir otro mundo».
Por último, ha emplazado a poner «en el centro de la agenda política» sus reivindicaciones de salario mínimo de 1.400 euros por 30 horas semanales; un sistema público de cuidados, de salud, de educación, de vivienda; pensión mínima de 1.080 euros; y una reforma fiscal para que «el capital pague impuestos de una vez».
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