Un equipo de investigadores de la Universitat de València (UV) trabaja en dos proyectos financiados, uno por el Ayuntamiento de València y otro por el Ministerio de Ciencia e Innovación, para reducir la población del mosquito tigre asiático en la ciudad, según ha informado la institución académica en un comunicado.
Rosario Gil García, profesora de la institución en el Departamento de Genética, dirige en ambos la investigación molecular, que se desarrolla ahora, y cuyo objetivo es introducir la bacteria Wolbachia en los huevos de los mosquitos y crear una población que al aparearse dé lugar a embriones estériles.
Las lluvias de la pasada semana y unas temperaturas por encima de los 22 grados han propiciado que los huevos de mosquito, depositados en el suelo, eclosionen y, pasados cuatro o cinco días, haya aumentado el número de estos insectos, han explicado las mismas fuentes.
El mosquito tigre asiático (Aedes albopictus) puede transmitir enfermedades como el zika o el dengue ?-aunque de forma menos probable que el africano, Aedes aegypti?- y con la tendencia a un ambiente cada vez más cálido, es un vector de potenciales enfermedades a controlar.
Rosario Gil, investigadora en el Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio), centro mixto de la UV y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha explicado que uno de los sistemas de biocontrol que se está desarrollando contra el mosquito tigre es el uso de la bacteria Wolbachia, utilizada a veces para evitar que se transmitan los virus y otras veces para evitar que se reproduzcan los mosquitos.
En València no se han detectado casos recientes de transmisión de virus de enfermedades graves con estos mosquitos, como sí ha ocurrido en Cataluña, a pesar de que el tigre asiático ya se ha instalado desde hace más de 15 años, por lo que se está intentando controlar su población en un proyecto en el que también colabora la empresa Lokímica, especializada en control de plagas.
«Wolbachia es un endosimbionte de insectos, es decir, bacterias que viven dentro de los insectos en células especializadas. Es mi línea de trabajo», ha explicado la investigadora. En el caso de los mosquitos, Wolbachia, como la mayoría de endosimbiontes, se sitúa siempre cerca de los ovarios de la hembra para transmitirse de una generación a la siguiente, directamente a través de los huevos de los embriones. De manera que lo que hace esta bacteria en el caso del mosquito tigre y del mosquito común, Culex pipiens, es infectar a las hembras para su propio beneficio.
«La incompatibilidad citoplasmática quiere decir que si un macho lleva una Wolbachia y se aparea con una hembra que lleva otro tipo de Wolbachia, el embrión será estéril y no llegará a nacer. El macho transmite en el esperma una toxina y la hembra desde su citoplasma lleva la antitoxina. Si la antitoxina no es la correspondiente, no neutraliza la toxina y mata al embrión, y es esto lo que estamos intentando conseguir», ha indicado Rosario Gil.
La Wolbachia que lleva el mosquito común es incompatible con la Wolbachia que normalmente infecta al mosquito tigre. «En nuestra investigación, queremos encontrar una Wolbachia autóctona que sea incompatible con la que llevan los mosquitos tigre de forma natural, producir grandes cantidades de mosquitos tigre infectados con esta nueva Wolbachia incompatible y liberar machos al ambiente para que se apareen con las hembras», ha señalado la investigadora.
Además, «actualmente, no solo estamos trabajando con la Wolbachia del mosquito común, también estamos caracterizando la Wolbachia de Drosophila melanogaster, que también es incompatible con la del mosquito tigre, para luego elegir una. En el Instituto Cavanilles estamos manteniendo al mosquito tigre curado de su Wolbachia natural y en el I2SysBio estamos caracterizando la bacteria del mosquito común y la de Drosophila. El siguiente paso sería inyectar la que seleccionemos en el mosquito tigre antes de liberarlo», ha completado Rosario Gil.
Los proyectos
El proyecto actual de Rosario Gil, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, hasta 2025, 'Comunicación hospedador-simbionte y su utilidad en el control biológico de plagas y patógenos, SYMB-CONTROL', cuenta con un apartado, 'Caracterización molecular de cepas autóctonas de Wolbachia en diferentes insectos, como primer paso para su utilización en biocontrol', que es el que se está aplicando con Aedes, Culex y Drosophila.
El convenio con el ayuntamiento, anual, es 'Propuesta de generación de nuevas cepas de mosquito tigre y posible prueba piloto de liberación de machos (técnica de insectos incompatibles, IIT) para el control de poblaciones en zona delimitada y controlada de València', y está liderado por Antonio Marcilla, catedrático de Parasitología de la UV.
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