La madre del joven abatido a tiros por tres policías | Europa Press

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Los médicos forenses que practicaron la autopsia del joven de 21 años abatido por tres agentes de la Policía Nacional en Vallecas hallaron tres tipos de droga en la analítica de sangre y orina que pudieron influir en su estado de excesiva agresividad, ratificando en la vista oral que hubo un consumo reciente con varias dosis en las ocho horas anteriores a la muerte.

La prueba pericial del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Madrid se ha iniciado esta mañana con los médicos forenses que realizaron la autopsia sobre el cuerpo del fallecido. En el análisis forense, se analizó la trayectoria de los orificios de entrada y salida de las balas.

El juicio quedará mañana visto para sentencia con los informes finales de las partes y la última palabra de los tres agentes acusados de un delito de homicidio.

La fiscal solicita una condena de dos años y medio de cárcel por homicidio con una eximente incompleta de legítima defensa mientras que la familia solicita diez años de prisión al considerar que concurre un dolo eventual. La defensa reclama la absolución al apreciar una eximente completa de legítima defensa.

La Policía Científica recogió en la escena del crimen, el rellano de las escaleras del domicilio, 19 vainas de bala. Los acusados sostienen que usaron su arma reglamentaria para defenderse del ataque a cuchilladas de la víctima, que estaba «completamente ido» y muy agresivo.

Los agentes acudieron tras una llamada de la madre a la Sala del 091 alertando de que su hijo llevaba días muy violento y que se había enzarzado con su hermano. En el juicio, negó haber advertido a los agentes de que estaba violento, extremo por el que los policías subieron protegidos con un escudo.

Posible psicosis tóxica

En la prueba pericial, varios forenses han expuesto que el cadáver presentaba cuatro impactos de bala en el abdomen, otro en una muñeca y el resto en los brazos. La muerte se produjo por un shock hipovolémico como consecuencia de la hemorragia conjunta que le provocaron los cuatro balazos en la tripa.

Uno de los expertos forenses ha detallado que en la analítica se halló cannabis, el éxtasis conocido como MDMA y sildenafilo (viagra) sin que la dosis fuera excesivamente alta en sangre. Sí lo era en orina, lo que indica que el consumo era anterior a ocho horas antes del fallecimiento y en dosis repetidas.

Según el perito, este consumo reciente le podría haber producido alucinaciones, psicosis tóxica y una hiperexcitación que derivaría en un incremento de la agresividad.

Otro perito ha destacado que es probable en el caso de que sufriera una psicosis tóxica por la ingesta de dichas drogas que no fuera consciente incluso de que le estaban disparando. De hecho, los agentes manifestaron en su declaración que parecía que las balas no le hacían nada.

El jurado popular tendrá que determinar si los policías obraron o no bajo una legítima defensa y si su actuación fue desproporcional como plantea la familia del fallecido a través de los abogados de la acusación particular.

Fuera de sí

Los hechos se produjeron sobre las nueve de la noche cuando los agentes se personaron en el domicilio de la víctima, ubicado en Puente de Vallecas, al ser requeridos a raíz de una llamada de la madre. Al entrar a la vivienda, el joven se abalanzó contra ellos.

Los agentes mantienen que el chico estaba «completamente ido» y que se les lanzó a cuchilladas sin mediar palabra. Usaron el arma para evitar el ataque, que no cesaba a pesar de los disparos.

Incluso cuando los sanitarios del Samur-Protección Civil le atendieron en el suelo, le tuvieron que engrilletar y reducir. «Si no te estás quieto, te mueres», le dijeron los facultativos.