Miguel Bosé acalló ayer la lluvia. Una lluvia que hizo acto de
presencia diez minutos antes de iniciarse el recital, causó más de
un problema que pudo ser resuelto aunque, finalmente, se detuvo
para dejar escuchar la voz de este cantante, que presentó en el
Poliesportiu Mateu Cañelles de Inca su disco «Sereno», un trabajo
contado en primera persona.
Levantó expectación en Mallorca Miguel Bosé y consiguió reunir a
unas 3.000 personas, que ocuparon las sillas que la organización
había colocado en todo el campo de fútbol a excepción de una grada
en el fondo del mismo. Aunque no llenó, el público se divirtió y se
entregó desde el primer momento al cantante, que no tuvo que hacer
ningún esfuerzo para metérselo en el bolsillo. Un público de todas
las edades, pero en el que destacaban las mujeres, la mayoría
treintañeras.
Siempre con la amenaza de la lluvia -que momentos antes provocó
que muchos espectadores tuvieran que ponerse las sillas por montera
para protegerse del chaparrón- las primeras canciones fueron las de
su último disco. «Mirarte» abrió el concierto, que se inició con
una media hora de retraso debido a la lluvia. Miguel Bosé apareció
vestido con unos pantalones vaqueros y una camiseta negra, un
aspecto juvenil que mantiene pese al paso de los años. La siguiente
canción fue «Bambú», un tema que se tuvo que interrumpir al
quedarse el escenario sin energía eléctrica. Miguel Bosé puso
tablas al asunto y animó a la gente: «No os preocupeis, que no me
voy a ir», dijo. Tras cinco minutos de oscuridad, volvió con
«Bambú». «Como diría un torero, con dos cojones y p'alante», espetó
al público antes de iniciar la canción, que le contestó con un gran
aplauso.
Pese a lo accidentado del inicio, el concierto siguió sin muchos
más problemas. Las canciones de «Sereno» llevaron el pese de esta
primera parte del recital: «Gulliver», «El hijo del Capitán
Trueno», «Te digo amor», «Tic Tac» o «Millones de kilómetros de
aquí» fueron desgranándose paso a paso de la boca de Miguel Bosé.
En la segunda parte llegaron las más conocidas. El público siempre
se mostró entregado. Acompañó al cantante con palmas cuando éste se
lo pidió y en muchas ocasiones se levantó para bailar. Miguel Bosé,
después de cuatro años de ausencia de los escenarios mallorquines,
demostró ayer que sigue siendo uno de los grandes cantantes de
nuestro país. En todo momento estuvo cómodo y suelto en el
escenario y nos mostró un directo muy sólido, con un gran
sonido.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.