La Orquestra Simfònica se presentó en el Auditori de Barcelona
con dos conciertos, invitada por la Orquestra Simfònica de
Barcelona i Nacional de Catalunya. El sábado y el domingo se
ofreció un programa basado en la música popular, con obras de
Brahms, Samper y Kodály.
La primera parte de los conciertos se dedicó a Brahms. La
orquesta tocó su concierto número 2 con la pianista Cristina Ortiz
como solista. La brasileña ofreció, al término, una obra de
Granados tras los reiterados aplausos de los espectadores. La
Simfònica prosiguió con «Ritual de pagesia» del mallorquín Baltasar
Samper. El director titular de la Simfònica, Edmon Colomer, definió
la obra, como una «pequeña joya». La actuación terminó con
«Variaciones» de Zoltán Kodály.
La anécdota del concierto del sábado fue el ligero enfado de la
pianista brasileña, Cristina Ortiz, por la molestia ocasionada por
un reloj digital que sonó durante su actuación. La solista celebró
el fin del concierto en su camerino, interpretando obras de
Granados, Turina y Mompou para sus amigos.
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