El tenor austríaco Rene Kollo, que ha actuado en los principales
escenarios del mundo, es una de las figuras destacadas del bel
canto que mañana jueves, día 1, a las 22.00, participan en el
concierto «Noche de estrellas de la ópera», en el Castell de
Bellver. El acto está organizado por la Asociación Austríaca de
Amigos de Mallorca, que preside Joseph Egger.
-¿De qué forma prepara la interpretación de un nuevo
papel?
-Preparo el texto y la música juntos.
-Una vez que ha decidido representarlo, ¿qué método
utiliza para empaparse del personaje?
-Ya que el personaje que interpreto va englobado en una obra,
estudiarlo me obliga, y me permite, hacerme una idea general de
ella, así como ocupar el sitio que me corresponda y que este
personaje tenga el carácter que le quiero dar.
-De todas su interpretaciones, ¿hay una obra o una
persona que le haya marcado en particular más que las
otras?
-Lo que más me ha marcado no son las obras, o los personajes, sino
los trabajos efectuados con los escenógrafos, nombres como Patrice
Chereau, Jean-Pierre Ponnelle o Rudolf Noelte. También los trabajos
con directores de orquesta como Herbert Von Karajan, Leonard
Bernstein o Georg Solti. En mis primeros pasos otros intérpretes
fueron mis modelos, representaban para mí todo lo que un cantante y
un actor han de tener, y hoy todavía les sigo admirando.
-¿Tiene un papel preferido?
-Hay tantos que, sin quererlos todos, existen muchos que me
gustan.
-A pesar de todas sus interpretaciones, ¿queda alguna
obra que le hubiera gustado representar?
-Sí, hay una que, además, entraba en el registro de mi voz, pero,
por mala suerte, nunca coincidió que tuviera la oportunidad de
interpretarla, «Los cuentos de Hoffmann».
-¿Cómo elude el estrés o la presión propios de una
profesión artística como la suya?
-Intento alejarme de todo, no hacer nada aparte de cocinar.
-Boris Becker dijo: Wimbledon es mi salón, ¿tiene usted
un salón?
-Mis Wimbledon han sido el festival de Bayreuth, durante un largo
tiempo, y la Deutsche Opera de Berlín, de la que soy miembro de
honor.
-¿De dónde le viene el amor a la música?
-Este amor a la música ha nacido conmigo; después de una primera
fase estudiando para convertirme en actor, la música apareció al
ser una rama artística más y se me ofreció.
-¿Cuál es su relación con los compositores
contemporáneos?
-Referente a ellos, poca cosa o nada tengo que decir ya que
ninguno, en los últimos cuarenta años, ha compuesto obras para un
tenor, nada he podido cantar de sus composiciones.
-Los escenógrafos suelen, en ocasiones, transponer el
tiempo o época de una obra. ¿Conoce alguna donde este cambio haya
sido acertado?, ¿por qué?
-No soy abierto a estas transposiciones, pero siempre existen
matices. Por ejemplo, en el caso de «Tristan e Isolda», Richard
Wagner sitúa la obra en una época bien determinada, adaptada a una
mentalidad del momento posterior a la Edad Media; los valores de
ese tiempo eran distintos de los de hoy, predominando la gloria, el
honor, la fuerza de la iglesia y de la realeza. Transponer todo eso
a una época de pantalones vaqueros sería llevarlo fuera de
contexto.
-El señor Tanaka dijo: la música, lejos de ser un lujo,
es una necesidad. ¿Qué opina usted?
-Nietszche dijo que una vida sin música es una vida fallida.
-Al inicio de una carrera de cantante, ¿qué es necesario
controlar?
-Hay que contralar la persona, la personalidad, cuidar la salud,
saber ejecutar el canto en el tono adecuado dentro de las pautas
marcadas.
-¿Cómo es su relación con los
escenógrafos?
-Con los buenos no recuerdo haber tenido problema alguno; en
cambio, con los de menos calidad, he tenido que luchar más para
defender mi idea sobre mi interpretación.
-¿Cuáles son las prioridades antes del concierto del
Castell de Bellver?
-Primero, estar en buena condición en general; después, la
acústica. Esto depende de cada cantante, los hay que son más o
menos sensibles a ella, en mi caso, soy muy sensible y necesito oír
mi voz para poder controlarla mejor.
-Leonie Rysaneck dijo: Tres días antes de cada
espectáculo vivo encerrada y sin decir una sola
palabra.
-Para mí es igual, en esos momentos lo único que me importa es mi
música, mi interpretación, mi trabajo, es comparable a los
deportistas de alto nivel que estuvieran clasificados Top ten.
-¿Tiene intención de regalar todo lo que sabe a los que
tienen que aprender?
-Durante el mes de noviembre, y precisamente en Palma, en el Palau
March, impartiré clases magistrales. Vendrán alumnos de toda Europa
de un nivel muy alto, y espero que también participen españoles.
Ésta es una manera de dar un poco de lo que sé.
-Estará de acuerdo conmigo en que es una gran suerte
tener en Mallorca a una persona como Joseph Egger.
-Lo es, ya que promueve mucho el arte. Y, además, tiene muchas
otras virtudes y una cualidad excepcional, la de poder cantar de
memoria cualquier papel o canciones de muchas óperas.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Ultima Hora
De momento no hay comentarios.